En el hospital de Santiago en el que trataban a Andrea no hay unidad de cuidados paliativos pediátricos. Fernando Abraldes, presidente de la Asociación de Pacientes y Usuarios del hospital de Santiago reclama que los niños tienen derecho a tener una unidad de cuidados paliativos, porque "los niños también mueren y mueren de forma dramática".
Por ello Álvaro Gándara del Castillo, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, cree que si hubiera habido una unidad de este tipo , el caso de Andrea habría sido distinto, porque dice "a veces es más fácil no poner una sonda que quitarla".
Esta es la realidad de la mayoría de hospitales de España. Una realidad que mejora para los adultos aunque los expertos dicen, también es insuficiente. Desde hace un mes Ángel, que padece cáncer de hígado, recibe cuidados paliativos en un centro. Su mujer dice que desde que recibe los tratamientos de cuidados paliativos su marido ha mejorado "cien por cien en todo".
Porque en el centro un equipo multidisciplinar se encarga de aliviar su dolor cuando aparece, pero también de ofrecerle acompañamiento y atención psicológica a él y a su familia. Porque no pueden alargar los días, pero sí mejorar la calidad.
Borja, psicólogo de cuidados paliativos Obra Social 'la Caixa', afirma que en estas situaciones es normal que tanto el paciente como la familia no se expresen entre ellos, porque "todo el mundo actúa como si no pasase nada, cuando las dos partes saben que está pasando algo muy grave".
Él es una de las 200.000 personas que sufre una enfermedad terminal en España. Se calcula que más de la mitad muere con dolor. Algo que podría evitarse, asegura Álvaro Gándara, con inversión "hace falta una inversión, una inversión fuerte en recursos, no vale legislar ya más, ya hemos legislado todo". Porque, aunque resulte paradójico, dicen se puede llegar al final, lleno de vida.
"Le habían lavado el cerebro"
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El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.