Tras sus polémicas palabras sobre que la reproducción asistida convierte al hijo en objeto y no en don divino, el obispo de Córdoba emplazó a todos a ir a escuchar su reducida concepción de familia, pero en la omilía no ha hecho ningún tipo de referencia a sus palabras del pasado 24 de diciembre.

"Todo hijo tiene derecho a nacer de ese abrazo amoroso que no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio", afirmo Demetrio Fernández en su discurso. Hacerlo, según él, es colaborar con el demonio, "fruto de un aquelarre químico".

Algunos de sus feligreses sí se han pronunciado en contra de la fecundación en vitro afirmando que "lo que diga el obispo bien dicho está". Otros creen que fe y ciencia no deben mezclarse, dicen que "no es pecado, sino algo natural".

No es la primera vez que el prelado habla de relaciones amorosas. En 2012, acusó a los colegios y a la televisión de incitar a la fornicación. "Me alegro de que la palabra de Dios suscite atractivo, se ha difundido mucho gracias a los atractivos", se defendió días después.

En 2011, el religioso aseguró que la Unesco tiene un plan para hacer que la mitad de la población sea homosexual. También comparó el asesinato de los niños Ruth y José con el aborto y readmitió en su diócesis a un sacerdote condenado por abusos a menores.