Ocurrió en Ohio, Estados Unidos, cuando Alyssa Edwards se marchó a trabajar y dejó a sus hijos en casa. El mayor, de ocho años, cogió una de las armas de fuego que había en la vivienda y disparó cuatro veces a su hermana de tres años. El niño llamó a su madre y le contó lo ocurrido.

Cuando la mujer llegó a casa se encontró a su hija menor en el suelo con heridas de bala, las cuales limpió y volvió a trabajar, dejando de nuevo a los menores solos en casa. Pero según pasaba el día, las heridas de la niña fueron empeorando y finalmente la madre la llevó al hospital, según recoge el diario 'Time'.

El personal médico notificó a la Policía que la pequeña había llegado al hospital con heridas de bala. El jefe de la Policía de Ohio aseguró que Edwards había sido detenida bajo fianza de 30.000 dólares por haber puesto en peligro la vida de su hija.