La familia de Jesús Pino ha trabajado durante dos generaciones unas tierras que la ciudad de Sevilla supuestamente donó al general franquista Gonzalo Queipo de Llano. Ahora, su dueña, la fundación franquista Queipo de Llano, quiere echarles subiéndoles las rentas un 300%.

"Después de cuatro años que llevamos aquí ahora nos dicen que tenemos que abandonar la tierra, y la renta que nos han puesto es imposible de seguir pagando", afirma Jesús Pino, colono de la Fundación Queipo de Llano.

Pino es uno de los nueve colonos que la Fundación Pro Infancia Queipo de Llano ha llevado a juicio por negarse a un aumento de las rentas agrícolas del 300%.

"Si la ley dice que después de 54 años tenemos que abandonarlas, pedimos una indemnización", explica el colono Vicente Baixauli.

En 1937, Queipo de Llano les prometió a sus padres un alquiler con derecho a compra en las fértiles tierras del cortijo de Gambogaz. Pero los llevaron a las marismas y se convirtieron en rentistas de por vida de la fundación.

"Sacamos la tierra poco a poco, con mucho sufrimiento", dice Luis Ríos, otro trabajador de la fundación. Los colonos afirman que pagaban la renta por las tierras, los gastos e incluso el IBI, a pesar de que las fundaciones están exentas de este impuesto.

Según la Memoria económica de la Fundación Queipo de Llano: "La Fundación ha permanecido un largo periodo de tiempo sin actividad, ocasionado principalmente por dificultades para atender al relevo generacional de su Patronato".

La Fundación Queipo de Llano afirma que ha actualizado las rentas porque está obligada a sacar el máximo beneficio a sus bienes para cumplir con su fin social.