Conchi, la principal acusada por el crimen de José Luis, su marido, un hombre dependiente, ha defendido su inocencia en la primera jornada del juicio. Según la acusación, ella y su amante lo asesinaron en un párking de Alicante, cuando no podía defenderse.

Conchi ha llegado a los juzgados andando. Minutos después lo hacía Paco, su cuidador, rodeados de una nube de fotógrafos. Dentro de la sala ha mantenido la misma versión de siempre, que es inocente y que se casó enamorada.

La acusación sin embargo considera que tenía una relación con su cuidador. De hecho, el día de su boda, el 4 de agosto, tiene fotografías besándose con él, y no con su propio marido.

Según Conchi, la noche de 20 de agosto había quedado para cenar con José Luis, su marido, bajo la luz "de la luna y las estrellas". En su versión sostiene que ella y su cuidador llegaron más tarde de lo previsto al descampado porque habían pinchado, pero cuando llegaron, alguien había atacado a su marido.

"Fue al maletero a sacar la silla y ya no regresó. Le oí gritando 'socorro'", ha explicado en el juicio. Según su declaración, ellos solo trataron de auxiliar a José Luis. "Yo le decía 'amor, tranquilo' y él dijo 'mi hijo me lo ha clavado en el corazón'", ha explicado.

Conchi se había casado 15 días antes con José Luis, un camionero de 69 años. Sin embargo, en unas imágenes, recogidas en el vídeo que acompaña estas líneas, se puede ver a la acusada besando a su cuidador el mismo día de su boda.

Durante dos meses, Conchi apareció en silla de ruedas o con andador y rehusó de hablar. Solo comenzó a declarar cuando ella y Paco ya estaban en prisión.

La versión de Conchi no encaja con las pruebas ni con las declaraciones de la principal testigo, una agente fuera de servicio que los pilló infraganti. Fue ella misma quién llamó a sus compañeros, que los detuvieron.

La acusada se ha derrumbado en ocasiones, e incluso ha explicado que llevaba ropa oscura y guantes para que no se le enfriaran las manos. Sin embargo, la vestimenta es clave para la acusación particular, que considera que se la puso para no llamar la atención.

La fiscalía pide 30 años de prisión para cada uno por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento: José Luis recibió 20 punzadas con un destornillador.

Aun así, ellos mantienen su inocencia. Hoy también declarará Paco, y mañana la policía testigo de la agresión, clave para resolver el juicio.