La historia de Inés Madrigal empezó con un reportaje en la revista Interviú en 1981, donde aparecían las fotos del cadáver de un bebé.

Según el artículo, cuando una madre daba a luz a su recién nacido, el doctor Vela se lo robaba. Le decía que había muerto y le enseñaba un cuerpo congelado para darle credibilidad, pero el niño estaba vivo. Entonces, se lo vendía presuntamente a padres estériles pero con dinero.

El doctor Vela dijo entonces que todo era legal en RNE, donde decía enorgullecerse de "haber prestado ayuda a todas las madres que en un momento determinado han tenido que dejar a sus hijos y no me arrepiento de nada".

Inés cree que es uno de esos bebés y su madre, ya fallecida, es una de esas mujeres que asegura haber recibido el recién nacido de otra. Ella y su marido no podían tener hijos, pero el doctor se lo consiguió de otra pareja.

Cuando la niña fue mayor de edad, su madre le contó la verdad y empezó a buscar a sus padres biológicos. Una difícil tarea, porque como aseguró el doctor Vela en una grabación, todos los archivos fueron borrados.

Lo único que saben de la madre biológica es lo que les decían los religiosos y médicos para justificar lo que hicieron. "El padre Félix siempre me decía, pero si es una mujer casada extremeña, así como con despecho", explicaba la madre adoptiva de Inés. Hoy, 49 años después, sigue buscando respuestas.