Cuando vamos al contenedor, no solo estamos reciclando. Podemos, además, colaborar con una causa social y ayudar a personas como Lorena y Noa. Ambas padecen el síndrome de Phelan-Mcdermid, una enfermedad rara que, entre muchas otras cosas, les impide comunicarse. Ahora tienen un programa comunicador instalado en tablet que les permite expresar sus necesidades y sentimientos, y que han conseguido gracias a los fondos donados por los usuarios del Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) Reciclos.

¿Cómo se conecta este hábito con una obra social? Para los usuarios es tan fácil como descargarse la aplicación Reciclos en el móvil, escanear el código de barras de latas y botellas de plástico de bebidas y, antes de tirar los envases en los contenedores amarillos o las máquinas 'reciclos', escanear el QR que pueden encontrar en los contenedores.

El siguiente paso es canjear los puntos. En lugar de canjear los puntos por premios individuales, se pueden acumular al reciclar para posteriormente elegir destinarlos a causas sociales como la de estas menores. Las donaciones se dirigen a proyectos variados, pero siempre solidarios y muy necesarios.

Norma Alhambra, presidenta de la Asociación Síndrome Phelan-McDermid, ha asegurado que niños y niñas como Lorena y Nora, tienen "casi siempre afectado el lenguaje": "En caso de que lo tengan es pobre y repetitivo, y otros no lo tienen", ha indicado. Ahora, y gracias a un sencillo gesto como el de reciclar, ellas pueden comunicarse de una forma más sencilla y facilitar su día a día.