El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha sido condenado a pagar 110.000 euros a los padres de un menor que falleció al no realizarle a tiempo un trasplante de médula ósea.
El pequeño nació en 2005 sin complicaciones en el parto. No obstante, a pesar de que su abuelo tenía insuficiencia en una de las glándula suprarrenales, el SAS "no hizo constar nada", sobre todo en las citas y exploraciones del endocrino, "donde no se molestaron ni preguntaron por sus antecedentes familiares".
Cinco años después al niño le diagnosticaron una adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X, relacionada con esa insuficiencia renal, que solo podía ser frenada con un trasplante de médula ósea. No obstante, para cuando se solicita ese transplante "ya es demasiaod tarde".
En el caso de que se le hubieran hecho las pruebas necesarias desde el primer momento, el niño habría tenido un 95% de posibilidades de sobrevivir.
'El Defensor del Paciente' ha explicado en un comunicado que ve "inaceptable que no se interpretasen adecuadamente los síntomas2"que con el paso del tiempo fue desarrollando.
De hecho, a la edad de dos años se constató la presencia de hiperpigmentación cutánea de la piel, algo que llamó la atención de los médicos pero que no fue a más.
Pese a que el menor iba empeorando "no se realizó el más mínimo esfuerzo por el SAS para conocer su origen, por lo que existió un retraso diagnóstico de la enfermedad de Addison", añaden en el comunicado.
El juez encargado del caso ha querido destacar "el calvario de los padres, que además intentaron en su día llevar a su hijo a Estados Unidos para que fuese atendido pese a su "escaso poder económico".