Los hechos sucedieron en marzo de 2014, cuando Wilson contactó con la víctima, Ana María, a través de Facebook, y se hizo pasar por el primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Rashid Al Maktum. Como falso jeque, solicitó su amistad a través de la mencionada red social.

Una vez en contacto se sucedieron los halagos al perfil de la víctima, las muestras de interés en ella, incluso una proposición de matrimonio asegurando que, si aceptaba, su vida cambiaría.

La conversación continuó luego por videoconferencias realizadas a través de Skype. En ellas, el estafador, "empleando una manipulación informática, insertaba, junto a la imagen real del primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos", su propia voz.

El hombre, generaba "así en la víctima la absoluta creencia de que su interlocutor era el propio primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos", señala el relato de hechos de la sentencia. "El falso jeque conversaba con ella de forma coherente, natural, espontánea y perfectamente creíble", añade la sentencia.

Se sucedieron entonces "continuos mensajes de afecto y amor con el propósito de vencer en la víctima la racional resistencia y conseguir ganarse su profunda confianza para así obtener dinero bajo las más insospechadas excusas y la promesa de compensarla económicamente mediante una donación sustanciosa".

Con ello, el acusado logró su objetivo y "Ana María realizó transferencias" por valor de 650.900 dólares. En una ocasión el estafador le explicó a su víctima que "las transferencias realizadas hasta la fecha irían destinadas a ayudar a sirios inocentes que morían en la guerra".