En la sentencia por este
caso, en el que se absuelve de todos las imputaciones a un tercer agente
también acusado de vejar a esta compañera por ser homosexual, la Sección
segunda del tribunal provincial descarta los delitos contra la integridad moral
y de lesiones psíquicas, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de
Baleares en un comunicado.
El tribunal considera
probado que dos de los policías dieron un "grave trato degradante" a
su compañera, mediante "una conducta continuada y habitual de humillación
por su condición sexual de lesbiana", pero indica que el delito contra la
integridad moral prescribe a los 5 años y, cuando se denunciaron los hechos,
habían transcurrido 8, por lo que está prescrito.
El tribunal declara
probado que los dos policías, de común acuerdo y "movidos por su odio y
desprecio a la condición homosexual" de su compañera, la apodaban
"tijeritas", se llevaban la mano a los genitales con actos obscenos y
hacían chistes de homosexuales en su presencia para "mofarse de
ella".
Según la sentencia, los
hechos se produjeron con mayor frecuencia e intensidad mientras la agente
estuvo en la unidad motorizada nocturna y los dos agentes convirtieron ese
comportamiento en su forma habitual de relacionarse con su compañera, algo que
le afectó psicológicamente.
El tribunal considera
que el relato de la víctima es coherente, lógico y detallado y cree
corroboradas "las situaciones de humillación y vejaciones" a las que
fue sometida, según su propio testimonio, un informe forense que considera su
estado compatible con una situación de humillación continua y otros indicios.
Según la sala, la
conducta continuada de hostigamiento, vejación e insulto fue entre 2007 y 2009,
aunque luego pudo existir algún hecho esporádico y puntual. En cuanto a la
acusación por omisión por esos hechos a un tercer policía que era superior de
los dos anteriores, la sala le absuelve porque "no existe ninguna
corroboración objetiva" del relato de la víctima.
Sobre la acusación de
lesiones psíquicas, la sala entiende que los tratamientos médico-psiquiátricos
que recibió la agente "no pueden ligarse directamente" a la situación
vivida en la unidad motorizada nocturna.
El tribunal declara
probado que, después de que la afectada relatara los hechos en una entrevista
en la radio, los acusados se pusieron en contacto con otra mujer con quien
había estado enemistada y la presionaron para que colaborase con ellos para
hacer frente a la denuncia y hostigar y desacreditar a la denunciante, hechos
que constituyen coacciones.
También declara probado
que uno de los agentes contactó con varios compañeros para que colaborasen con
él y mintieran diciendo que habían visto a su compañera intentando maltratar a
un detenido, y la denunció por ello, sabiendo que esos hechos eran falsos.
Los magistrados destacan
en la sentencia que en el juicio "se ha exteriorizado de forma visible el
miedo", un temor "racionalmente fundado". Esta causa es una
pieza separada del llamado caso Policía Local, sobre una presunta trama
corrupta en el cuerpo de seguridad palmesano.