Ángela llegó a España huyendo de Malawaui con solo 14 años, pero, según narra, una exploración médica realizada por Comunidad de Madrid determinó que era mayor de edad y se quedó sin tutela por parte del Estado español. "Me echaron de allí y me tuve que buscar la vida. Lo pasé fatal comiendo comida, de la calle, sin dormir... pensando qué podía hacer yo, con 14 años; no tenía familia, no tenía a nadie", ha declarado la joven.

Fundación Raíces cuenta el caso todavía más sangrante de una joven camerunesa: llegó con 15 años y le hicieron un estudio óseo que determinaba que tenía 17, además de una exploración de la Fiscalía que concluyó que era mayor de edad por el tamaño de sus pechos.

La presidenta de la fundación ha mostrado su indignación con el proceso: "Hay una niña, que tenía entonces 15 años, que viene huyendo de un matrimonio forzoso, ha sido víctima de abusos sexuales y se la ha desnudado en la Fiscalía para determinar por el tamaño de sus senos si era o no mayor"

Lamia fue una menor no acompañada que salió adelante. Ahora, junto a otros exmenas, trata de romper con los prejuicios: "Dicen que robamos, que nos drogamos, que nos gusta dormir en la calle. Habría que preguntarse qué hay detrás para llegar a eso". Lecciones que transmiten a otras chicas que se enfrentan, a su vez, a ser migrante, menor y mujer.