La policía encontró durante el registro del piso planos del Santuario de Montserrat. El comando Mateo Morral, acusado de provocar una explosión en la Basílica del Pilar, podría estar preparando un nuevo golpe en el monasterio benedictino.
Los cinco detenidos formaban un peligroso grupo anarquista, dificil de detectar, porque tan pronto se organizaban como abandonaban el grupo sin dejar ni rastro. "Son grupos que no estan muy estructurados, que tienen una ideología muy idealista. La gente que pertenece a ellos puede pertenecer durante un tiempo y salirse", según Serafín Giraldo, portavoz de la Unión Federal de Policía.
Luchaban por sembrar el caos, los explosivos eran sus armas y las iglesias sus principales objetivos. "Para ellos la iglesia es un símbolo de riqueza y de poder, y para ellos es una forma fácil de atentar", afirma José María Benito, portavoz del Sindicato Unificado de Policía.
Esta vivienda en Barcelona se convirtió en su cuartel general. Valeria Giacomoni consiguió traer a los cabecillas del grupo Mateo Morral a España con una carta de invitación. Mañana pasarán todos a disposición judicial. Se les acusa de estragos de terrorismo, por los que podrían pagar entre 15 y 20 años de prisión.