Si no llueve en condiciones, el próximo 1 de febrero Cataluña podría decretar la situación de emergencia por sequía en, al menos, 202 municipios de las cuencas del Llobregat y el Ter.

Uno de ellos podría ser Castellbell i el Vilar, en Barcelona. Los 600 vecinos de este pueblo reciben agua potable en camiones cisterna, y además le están comprando agua al pueblo vecino. "Hemos tirado una tubería de 2 kilómetros al pueblo de al lado y nos venden su excedente", explica a laSexta Adriá Valls, alcalde de esta localidad.

En estos momentos son cerca de 60 los municipios que están en una situación similar. Nunca se había visto tan vacío al pantano barcelonés de Sau, perteneciente a esta cuenca de Cataluña interna especialmente asolada por la falta de lluvias. Se encuentra al 5,1% de su capacidad, en su mínimo histórico.

Una de las medidas que previsiblemente Cataluña pondría en marcha, si llega a establecerse esa emergencia, sería la de permitir rellenar solo parcialmente piscinas deportivas a cambio de ahorrar agua cerrando algunas duchas, como las de los vestuarios.

En Girona han decidido hacerlo desde la mañana de este lunes. Muchos usuarios de los centros deportivos piensan que llegar a esta circunstancia es "un auténtica pena".

El consumo máximo de 200 litros de agua por día y habitante, la prohibición, previsiblemente, de rellenar las piscinas de hoteles o campings, el riego de zonas verdes con aguas freáticas o regeneradas, la prohibición de las pistas de hielo y las duchas de las playas y de cualquier nueva actividad que precise autorización ambiental de la Generalitat y requiera un uso intensivo del agua, son otras de las medidas que podrían llegar a ponerse en marcha si Cataluña activa esa emergencia por sequía.

Esta circunstancia podría darse si los pantanos de la cuenca interna se quedan por debajo del 16% de su capacidad.