Las placas solares se han multiplicado por tres en los últimos cinco años en España. Su número se ha incrementado un 146% desde 2018 y cada vez se instalan más, pero no a gusto de todos. La instalación de placas fotovoltaicas se cuela en el debate público de los municipios en los que se colocan, como este Yepes, donde los vecinos tienen opiniones encontradas al respecto. "Nos vamos a quedar sin lo que es el corazón de los pueblos", alerta Elsa Mora, concejala de IU en este municipio toledano.

Allí, 30.000 olivos centenarios podrían desaparecer a principios de año para instalar casi 1.800 hectáreas de paneles fotovoltaicos. "Yo creo que esta gente no sabe lo que está haciendo", sostiene el agricultor Manuel Arribas, que apunta que hay "tierra inerte", en otra zona, en las "2.000 hectáreas que tienen las canteras". Por su parte, Abel Cantalero, guarda rural, advierte que del impacto en la fauna autóctona de "una zona especialmente de cría" donde "está entrando algún espécimen también de lince ibérico".

Sin embargo, son más de 200 propietarios los que han aceptado arrendar sus terrenos a las renovables. Así, pequeños agricultores como Enrique Mora pierden su medio de vida: "Yo ante eso no puedo hacer nada porque los propietarios son los que han dado las tierras", lamenta. A su juicio, el futuro huerto solar "sí va a crear puestos de trabajo, pero no van a ser del pueblo, van a ser puestos de trabajo de gente cualificada".

En Almadrones, Guadalajara, ya comparten espacio con un huerto solar. Rosa Pardo, de la plataforma Aliente, denuncia que "hay territorios sacrificados": "Todas las zonas de alrededor de Madrid van llenas de placas, toda la campiña", señala.

Expertos, no obstante, aseguran que el futuro sí está en apostar por esta energía limpia porque "es una de las más baratas" y "menos contaminantes": "Por cada euro que se invierte, se obtiene más electricidad", afirma el profesor Eloy Sanz, de la Universidad Rey Juan Carlos, que apunta asimismo que la energía solar "no tiene emisiones de CO2".

Desde la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), por su parte, aseguran que todas las instalaciones están avaladas por declaraciones de impacto ambiental: "Se ven los pros y los contras", sostiene Jon Macías, presidente de APPA, que asegura que "está generando más beneficios" que "el empleo agrícola". España, entretanto, ya se posiciona como líder europeo en esta energía.