Candi tuvo que ser socorrida por la Policía después de que fuera brutalmente violada y agredida por su jefe durante 4 horas. "No paro de recordar ese momento en el que no me podía ni mover casi y tenía muchísimo miedo de quedarme inconsciente, porque si me quedaba inconsciente pensaba que me iba a matar", relata entre llantos.

Su agresor sigue en prisión pero todavía no ha sido juzgado. Esta víctima espera que la sentencia de su caso sea más justa que la de la Manada: "Él puede estar mejor, pero encerrado. Si sale en algún momento, él sabe muchas cosas de mí".

Ella no es el único caso. Luisa fue agredida sexualmente cuando entraba en su portal. Su agresor ha sido condenado a siete años por su violación y a tres por dos abusos a dos menores.

Ella también teme en reencontrarse con su violador: "No debería de andar por la calle, porque yo creo que no se rehabilitan". La condena le parece escasa, pero se conforma "dentro de lo que hay".

La Asociación Veritas ha presentado una campaña para que no prescriban los delitos de abuso sexual a los cinco años. Hacen hincapié en que el dolor no prescribe y buscan, en definitiva, medidas para que las mujeres se sientan más amparadas por el Código Penal.