El testigo, un camarero que en la noche del 28 de mayo de 2011 se encontraba en un bar de Burguillos (sevilla), ha dicho a la juez que hacia las 22.05 horas vio a Ortega Cano saliendo del local y no respondió a su saludo, pese a que lo conocía.

El acusado iba tambaleándose, sin ser capaz de mantenerse en pie y luego le vio "trasteando con la puerta del coche porque no era capaz de abrirla", hecho que sucedió minutos antes de la colisión frontal que costó la vida al conductor del otro vehículo.

El testigo ha dicho que nunca ha servido sólo Coca-cola a Ortega Cano, en contra de su propia declaración, sino siempre acompañada por whisky. Por la mañana "el maestro", como lo ha denominado siempre, pedía vino y manzanilla, y por la tarde copas, ha afirmado el camarero.

Ha precisado que al día siguiente oyó al gerente del bar contar que aquella noche notó a Ortega Cano "como nunca lo había visto" hasta el punto de que su esposa le ofreció una cama para acostarse.