A partir de 29ºC y con una humedad relativa superior al 40% nuestro cuerpo empieza a sentirse mal porque, como indica la epidemióloga Ana María Vicedo, "nosotros tenemos un termostato, un sistema regulador".

Calor y humedad, una receta que hace que nuestro termómetro no funcione. Así, "cuando hay humedad alta como en los días de bochorno este sistema funciona de forma ineficaz", explica la experta.

Las altas temperaturas y la humedad provocan más estrés, más sudor, deshidratación, e incluso accidentes laborales. Y ese sudor que se nos queda pegado no se evapora.

Pero no sólo el calor húmedo afecta a la salud. Con el calor seco perderemos más líquidos, la piel se seca, y hay que beber más agua. "El calor seco tiene la ventaja de que refrescándose, estando a la sombra vamos a conseguir que baje la temperatura ambiental y el sudor va a ser más efectivo", cuenta Vicente Manuel Leis, dermatólogo.

Temperatura diferente, pero misma sensación. 30ºC con humedad del 90% es igual que tener 40ºC sin ella. La pasada medianoche en Córdoba había 30ºC y se sentían 30 porque la humedad era también de un 30%. Mientras, en Palma con 28º pero con una humedad relativa del 81% la sensación térmica era de 34.

En zonas con humedad estos días habrá que tener cuidado con los mayores o las embarazadas porque "no son capaces de afrontar estos eventos extremos porque su sistema regulador no funciona de forma tan adecuada", asegura Vicedo

Y si el calor es seco: "Que no tengan pérdida a nivel de conciencia, mareos, vómitos, porque podría ser una situación grave", alerta Leis.

Dos tipos de calor que estarán con nosotros los próximos días.