Además deen los hogares, donde los más pequeños empiezan a reciclar y a crear conciencia ambiental, la educación en materia de medio ambiente también puede comenzar en las aulas.

Ese es el objetivo principal del proyecto Naturaliza: incorporar el medio ambiente de forma transversal a la educación. Que vaya más allá de la asignatura de Conocimiento del Medio: "Consiste en aplicar la mirada ambiental. Es como que te pones unas gafas y ves que con todo se puede hacer algo más", explica Sara Sánchez, profesora en el centro escolar madrileño de Ciudad de Nejapa.

El proyecto que lleva a cabo Ecoembes, la organización que coordina el reciclaje de envases, papel y cartón en España, busca "reclutar" profesores que, como Sara, quieran apostar por introducir la educación medioambiental en sus lecciones.

Pero no solo tiene la voluntad de tratar temas de reciclaje: la energía, la biodiversidad, el cambio climático, las desigualdades, el consumo responsable o laeconomía circular son contenidos integrados en Naturaliza.

Jordi Martí, profesor en el colegio Alameda de Osuna de Madrid, explica que nueve profesores del departamento de Ciencias han recibido formación específica durante dos meses. Además, "el resto de profesores se han terminado empapando de lo que hemos aprendido", asegura.

Después, han aplicado estos aprendizajes en el aula. Cualquier nuevo proyecto en el centro se plantea desde una perspectiva medioambiental. Por ejemplo, cuando toca hablar del cuerpo humano, además de explicar la necesidad de hacer ejercicio y de seguir una dieta saludable, los profesores hablan también de comida ecológica o de cómo afecta la contaminación a la salud, "aunque parezca que no están relacionados", puntualiza Jordi. Así integran el medioambiente en todo conocimiento que imparten.

Los alumnos aprenden consumo responsable siguiendo el ciclo de unos vaqueros.

Además, el profesor explica que también han aumentado las salidas con los chicos y chicas al medio natural, como parte del aprendizaje experiencial fuera del aula.

"Pequeños gestos que van tomando forma"

En el centro de Sara han empezado haciendo unas bolsitas de tela reciclada para traer los bocadillos del recreo y evitar las bolsas de plástico y el papel de aluminio. Para casa han cosido camisetas viejas y han fabricado bolsas para la compra: "Son pequeños gestos que van tomando forma", asegura.

El alumnado fabrica con telas sus propias bolsas para llevar la merienda.

Además, un 'green team', formado por un grupo de alumnos, va por el patio durante el recreo recordando las pautas de reciclaje: "Es una forma de hacerles partícipes de estos cambios", comenta la profesora.

También tienen un jardín vertical que pretenden regar con el agua reciclada que sobra en el comedor y donde ya han empezado a utilizar el humus quefabrican con sus residuos orgánicos: "Los niños ven como algo normal saber cómo reciclarpara generar su propio compost", cuenta.

El colegio cuenta con su propia compostadora con la que crean abono para su jardín vertical.

Y dentro del aula han tocado muchos más temas relacionados con el medioambiente. Por ejemplo, el consumo responsable, estudiando cuál es el recorrido y el impacto que siguen unos vaqueros.

¿Ha cambiado la conducta de los pequeños?

Jordi cuenta que al profesorado les ha "chocado" cómo los alumnos aplican lo que aprenden a la vida real. "Un día comentamos que había que pedir regaderas para el huerto del colegio, y un grupo de alumnas pensó que en vez de comprar nuevas podían reciclar botellas. Ellas mismas, yendo clase por clase, pidieron que en vez de tirar las botellas de plástico las llevasen al colegio para poder pintarlas y construir regaderas", recuerda el profesor, que apunta que en estas charlas incluían un mensaje sobre lo perjudicial y contaminante quepuede resultar el plástico.

El 'green team' patrulla en los recreos para que los alumnos reciclen.

En otra ocasión, observó cómo un alumno llamaba la atención a unos padres que jugaban con sus hijos a la pelota chutando contra los árboles que tienen en el herbario del colegio: "Les pedían, tanto a pequeños como a mayores, que cuidasen de los árboles. Los niños tienen autonomía y lo llevan a cabo en más aspectos", indica.

El próximo objetivo

Sara Sánchez se muestra satisfecha con el programa y asegura que le gustaría repetir para el próximo curso: "Naturaliza lo pone fácil con sus recursos, tanto para el profesorado como para el aula".

Además, considera que este es el medio idóneo para que los adultos también aprendan de los más pequeños, que son los adultos del mañana: "Estamos cansados de ver noticias negativas y ya no nos impactan, no nos afectan. Las familias nos cuentan que sus hijos les motivan a hacer pequeños gestos", explica.

Ahora, el proyecto Naturaliza busca expandirse. Incorporar el proyecto a nivel nacional, independientemente del tipo de centro: público, privado o concertado; y a todo los niveles educativos: infantil, primaria y secundaria.

Para ello, esperan que más profesores como Jordi y Sara se animen a participar, para que la educación proambiental llegue a más alumnos.