El reciclaje laboral está en auge y más después de la pandemia. Muchos trabajadores quieren formarse para tener nuevas habilidades o no quedarse atrás en el trabajo. El verano es el momento preferido para hacerlo porque hay menos carga laboral.

Miguel es uno de los trabajadores que ha decidido cambiar completamente su vida profesional. Así, explica, ha pasado de trabajar en bodas como camarero o montador a trabajar en tecnología tras realizar un grado superior, abriéndose hueco en el mercado.

El reskilling se dirige a trabajadores particulares. Suelen ser cursos intensivos de cuatro meses, pero hoy principalmente son las empresas las que quieren dar un aire nuevo a sus trabajadores.

Iker Arce, CEO de la escuela de bootcamps 'The Bridge', asegura que las empresas quieren hacer esos procesos con sus plantillas: "Coger a un equipo de un área que este abocado a quedar obsoleto y reciclarlo para ocupar lugares que se necesitan". Así potencian el talento de sus trabajadores, evitan la fuga de talento y también posibles despidos. "Apuestan por ese reciclaje porque despedir sale mas caro y tiene menos coste social", ha indicado el experto.

El verano es un buen momento para fomentarlo, porque se reduce la carga laboral y se puede apostar por la formación. En total, la OCDE estima que 1.100 millones de puestos de trabajo se verán transformados por la tecnología en el 2030.