Tras una noche en la que
disfrutaron de una cena con familiares y amigos, Manuel Blanco, Julio Latorre y
Quique Rodríguez, así como el presidente de Prome-Aid, Onio Reina, han dedicado
la mañana de este martes a atender a los medios españoles en imparables entrevistas
telefónicas.
La tarde la dedicarán a
dar una vuelta por la isla, "a recordar lugares, a enseñar a nuestros
familiares donde comenzó todo y qué es lo que hicimos. Vamos a compartir esos
lugares con ellos para que entiendan mejor qué es lo que vinimos a hacer
aquí", ha explicado a Efe Blanco en el hotel donde están alojados.
Las felicitaciones se
han sucedido constantemente y aunque sus rostros demostraban cansancio, tenía
escrito también un infinito alivio por haber dejado atrás una pesadilla que ha
durado dos años. "Anoche no me lo creía y hoy ya soy un poco más
consciente de lo que sucedió", ha confesado este bombero, el veterano de
los tres, quien además es vicepresidente de Proem-Aid.
Tras un juicio que se
prolongó casi diez horas, la jueza del tribunal de Lesbos finalmente los
absolvió de todos los cargos, a pesar de que la fiscal insistió con vehemencia
puntillosa que su intención era traficar con personas cuando el 14 de enero
salieron al mar a rescatar a varios botes de refugiados, embarcaciones que
nunca encontraron.
Aliviados de este
lastre, los bomberos tiene ya la vista puesta en sus próximos proyectos, uno en
Lesbos para niños refugiados y otro en el Mediterráneo central para poder
seguir trabajando frente a las costas de Libia. "Lo más inmediato es el
proyecto Agua, que es junio, julio y agosto y parte de septiembre aquí en
Grecia en un campo de refugiados. Es un proyecto que empezamos hace dos años
que trataría de sacar niños de este campo a que disfruten del agua.
La intención era
enseñarles a nadar pero ya era demasiado idílico", ha señalado Reina. Todo
ello requiere fondos que todavía no están allí, como reconocen Reina y Blanco.
En los últimos días no se han cansado de agradecer el respaldo que han obtenido
de toda la ciudadanía, así como de las instituciones.
Ahora piden ayuda para
poder seguir adelante. "La necesidad es económica, material, en forma de
barco, en forma de material de rescate, gasolina, comida... es un proyecto
logístico de gran envergadura", que requiere tener una perspectiva de al
menos 4,5 o 6 meses. Para ello se requieren alrededor de 40.000 euros mensuales,
ha precisado Reina.
El presidente y el
vicepresidente de Proem-Aid han invitado a los ciudadanos a mantener vivo este
proyecto de ayuda humanitaria. La forma de ayudar, explica Reina, es o bien
mediante donaciones individual o bien haciéndose uno socio, lo que ya es más
que una ayuda puntual, "sino un compromiso" para cooperar con un
equipo de rescate.
"La idea es seguir
trabajando, el problema sigue estando en el mar. Queremos seguir salvando vidas
y para eso necesitamos una serie de recursos que son imprescindibles como un
barco, recursos económicos. No hay que olvidar que son misiones muy caras,
desplazar a personas con material específico para el medio acuático es caro
pero tenemos la ilusión y la esperanza de poder conseguirlo y poder seguir
trabajando donde haga falta", ha recalcado Blanco.
Entre llamada y llamada,
Latorre y Rodríguez intentan disfrutar algo del día después con sus novias, que
han estado junto a ellos durante este juicio, en una sala en la que no
entendían lo que oían, pues no había altavoces para la traducción. "Fueron
momentos muy tensos y muy largos pero al final se hizo justicia.
Pensaba que sería un
mero trámite, no pensaba que tendríamos que pasarlo tan mal al final", ha
relatado Miriam Vázquez, la novia de Latorre, opinión que comparte la compañera
de Rodríguez, Gabriela García, que ha confesado que no se imaginaba que lo el
día sería tan "tenso", "duro" y "largo", a pesar
de que todos confiaban en que no podía haber una sentencia negativa.
Latorre, por su parte,
ha confesado que iba casi demasiado confiado y relajado y que por eso el juicio
se le hizo tan pesado y duro y que la fiscal acabaría siendo tan quisquillosa.
Una vez de vuelta en Sevilla, comienza la vida normal. Para Rodríguez incluso
con una guardia este mismo viernes.