La Guardia Civil definió a Bernardo Montoya como un depredador sexual, ultraviolento y muy impulsivo. Fuentes próximas a la investigación confirman la información adelantada por Antena 3, que indica que el asesino confeso de Laura Luelmo se vino abajo en el momento de la detención y pidió a los agentes que hicieran algo con él: "Por favor, hagan algo conmigo porque lo voy a volver a hacer".
Carlos Quílez explica en Arusitys que todo es "un teatro" porque desde el momento de la detención sabía que iba a ser declarado culpable y quería "evitar una sentencia más dañina".
Según explica, esta declaración de Montoya es importante porque se están tratando de reabrir casos de la zona que coincidan con los permisos penitenciarios que disfrutó Bernardo Montoya, porque no es descartable que lo haya hecho en anteriores ocasiones en casos que no se han resuelto.
La información se conoce un día después de que la Guardia Civil ofreciera detalles de la investigación de la muerte de Laura Luelmo. Los investigadores de la Guardia Civil han ofrecido detalles de la investigación del asesinato. Aseguran que Bernardo Montoya fue su principal sospechoso desde el principio: "Era un sospechoso con mayúsculas".
Los agentes encontraron restos de sangre de la víctima y del presunto asesino en la casa de Montoya y también parte de la compra que Laura Luelmo había hecho en el supermercado antes de desaparecer.
También han afirmado no tener aún datos concluyentes de cuándo se produjo la muerte de la joven, pese a que la autopsia preliminar la situó entre dos y tres días después de su desaparición. "No tenemos una autopsia totalmente finalizada, los datos que existen son previos y, con lo que nosotros manejamos, puede que no se correspondan con la realidad", ha dicho el coronel Ezequiel Romero, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.
La hipótesis de los investigadores es que Montoya agredió sexualmente a su víctima en el campo, aunque tampoco han podido precisar qué tipo de agresión sufrió.
Además, han asegurado que, en el momento en el que lo que se investigaba era la desaparición de la joven no había indicios con "carga probatoria" contra Montoya. Según han dicho, habría sido posible hacer un registro voluntario, pero tenían que "valorar bien" lo que hacían. "Y si la tuviera en otro sitio, ¿el que pusiéramos el foco podría haberla puesto en peligro?", se ha preguntado el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) Jesús García.
El presunto asesino de Laura Luelmo fue a un centro de salud por un golpe en las costillas dos días después de la desaparición de la profesora, según ha explicado el coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.