"Estamos aquí para escucharte, esta llamada es confidencial". Gabriela es psicóloga y atiende a una posible víctima adolescente de violencia de género. El año pasado en la fundación ANAR, de ayuda a niños y adolescentes en riesgo, atendieron 122 llamadas de menores que habían sufrido violencia de género: "La edad normal a la que recibimos llamadas de violencia de género son 15-16 años, pero hemos recibido casos aislados de menores de 12 años.
Testimonios dramáticos de jóvenes que deciden dar el paso, con dudas: "Él me encerró en su casa sin dejarme salir, me subió por las escaleras arrastrándome. He querido dejarle, pero me amenaza con matar a toda mi familia. No sé que hacer ¿ésto es un maltrato?"
Porque casi el 70% de las adolescentes atendidas por la fundación no eran conscientes de que estaban siendo maltratadas. Aquí les escuchan las 24 horas, Y les dan apoyo psicológico, social y jurídico: "Intentamos crear un clima de confianza".
Primero intentan buscar con la víctima una solución en su entorno más cercano, y si no es posible, intervienen. Pero, aseguran, hace falta más: "Es esencial la labor educativa, cuanto más temprano mejor", afirma Benjamón Ballesteros. Educar en igualdad. Y cuando hay problemas, pedir ayuda. Siempre habrá al otro lado, alguien dispuesto a escuchar.