Cada vez más personas sufren soledad no deseada. Es decir, sienten una carencia en la cantidad o calidad de relaciones personales, explican los expertos. De hecho, según la Fundación ONCE, el 10,90% de los mayores de 16 años se encuentra en esta situación.

Esto se traduce en otro dato: una de cada diez personas no tiene a quien acudir cuando tienen algún problema, señala Adrián Tuñón, Portavoz del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada de la Fundación ONCE. Son las personas mayores de edad y aquellas con problemas de salud física o mental quienes más la sufren, especialmente tras la pandemia. "En los meses previos se estimaba en 11,6% y los meses de la pandemia aumentó hasta el 18,8%", asegura.

En Europa hay más de 30 millones de personas en esta situación, según la Comisión Europea. Por ello, los expertos exigen una mayor implicación de los poderes públicos para combatirla, como ya han hecho otros países. "En Reino Unido hay una secretaría de Estado, Japón ha creado un ministerio contra la soledad a raíz de la pandemia", explica Tuñón. Y aunque la percepción social más habitual es que este problema aumenta tras la jubilación, lo cierto es que son muchos los que la sufren también en edad laboral.

En este sentido, Anna María Hurtado, directora de Marketing de Alares, señala que dentro de las compañías, una de las mayores discriminaciones es la de la edad, en un 18%, según su observatorio. Este dato refleja la percepción de que, a partir de una edad determinada, se pierden algunas capacidades. "Tenemos presidentes de países, líderes mundiales, que son prácticamente octogenarios que están liderando el mundo" , añade la experta.

Así, los expertos señalan que, sin esos perfiles, quienes pierden son las propias compañías. "Perderíamos una riqueza intergeneracional que hay que respetarla a todos los niveles", asegura. Para ello es necesario mejorar las políticas sociales para que eviten los costes sociales asociados a la soledad no deseada.