La piscina municipal de Infiesto ha permanecido cerrada después de que operarios municipales encontrasen flotando en el agua la cabeza y el rabo de un lobo, según han denunciado colectivos ecologistas.
El macabro hallazgo se ha producido pocas horas después de que medio millar de ganaderos y pastores del Oriente del Principado protagonizasen en Cabrales, en pleno corazón de los Picos de Europa, una protesta por los daños que ocasiona el lobo en su cabaña, principalmente entre ovejas y cabras, pero también entre terneros y novillos.
Media docena de organizaciones ecologistas han exigido al Gobierno asturiano que actúe ya y que "el peso de la ley caiga sobre los furtivos que campan a sus anchas por Asturias matando lobos sin control como éste".
Los conservacionistas han recordado que en los últimos meses ya se han visto ejemplares de lobo colgando de señales de tráfico, de puentes o en supermercados que, además de la imagen de barbarismo que transmiten, dan la sensación de que "los furtivos están consentidos por el Principado".
De hecho, han insistido en que no se ha detenido ni encontrado a los culpables de ninguno de esos "lamentables hechos" con los que "algunos sólo buscan el exterminio de la especie".