La justicia ha decidido cerrar sin culpables el caso de la mujer que se quitó la vida en mayo 2019, después de que se difundieran vídeos sexuales suyos entre sus compañeros de trabajo. Según ha informado 'El Periódico de Catalunya', la Policía investigó la filtración.

No obstante, no logró identificar a la primera persona que divulgó dichas grabaciones. Además, la víctima nunca llegó a denunciarlo, por lo que no se ha podido investigar un delito contra la intimidad.

Se llamaba Verónica, tenía 32 años y dos hijos de cuatro años y nueve meses, respectivamente. Se quitó la vida en mayo de 2019 después de que se difundiera en un grupo de WhatsApp de su trabajo un vídeo sexual en el que aparecía ella. Estaba empleada como carretillera en San Fernando de Henares.

Tras la difusión del vídeo, Verónica abandonó su puesto de trabajo antes de terminar su jornada laboral y, un día después, se ahorcó. Antes del fatal desenlace, acudió a hablar de la situación a Recursos Humanos de la empresa, que le dijo que denunciase los hechos, pero ella no quiso dar ese paso.