La Guardia Civil investiga si los tres hermanos -dos mujeres y un hombre de entre 70 y 80 años- hallados muertos con signos de violencia en su vivienda de Morata de Tajuña (Madrid) pudieron ser asesinados en un ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído con algunos conocidos tras sufrir una estafa amorosa.

Fuentes próximas a la investigación han indicado que esta es una de las hipótesis con las que ya trabajan los agentes de Homicidios de la Guardia Civil que se han hecho cargo de las pesquisas sobre estas muertes y que se encuentran ya recabando indicios para esclarecer lo sucedido en la vivienda. Este jueves ya se descartó la hipótesis de que el hermano fuera el causante de la muerte de las hermanas y después se suicidara.

Sobre las 11:30 horas de este jueves, los efectivos de Policía Judicial de Arganda del Rey de la Guardia civil encontraron los tres cuerpos parcialmente quemados, apilados y con restos de sangre, según han añadido las fuentes consultadas.

Los agentes accedieron a la vivienda después de que los vecinos alertaran al Ayuntamiento de Morata de Tajuña de que hacía muchos días, aproximadamente un mes, que no veían a los tres hermanos, de entre 70 y 80 años, muy conocidos en el municipio porque participaban en muchas actividades sociales y culturales, según han apuntado fuentes municipales. Al principio pensaban que se habían ido de vacaciones, pero como no respondían a llamadas y mensajes se alertaron.

Los tres hermanos habían pedido préstamos a conocidos con la intención de reponer lo prestado una vez cobraran una herencia, pro lo que los agentes investigan si las muertes responden a un ajuste de cuentas por las deudas contraídas.

Las mujeres contactaron con dos supuestos militares de EEUU

Por el momento, personas cercanas a los tres hermanos y vecinos de la localidad, de cerca de 8.000 habitantes, aseguran que las dos mujeres estaban siendo víctimas de una estafa amorosa en la que habían perdido miles de euros. Según ha relatado a EFE Enrique Velilla, amigo de la familia, tanto Amelia como Ángeles contactaron hace años con dos militares estadounidenses a través de Facebook. Uno de ellos, quien decía llamarse Edward y estar destinado en Afganistán, les dijo que el segundo había muerto y que, para cobrar una herencia que disfrutarían juntos, necesitaba que le enviasen dinero de manera periódica.

Quedaron en la ruina

Las hermanas accedieron e invertían en ello buena parte de su pensión, por lo que al poco tiempo quedaron en la ruina y las llevó a pedir dinero recurrentemente a los vecinos. Cuando su amigo les dijo que estaban siendo víctimas de un engaño, ellas, convencidas de su historia de amor y fortuna, desoyeron las alertas y rompieron su relación con él. Mientras a Enrique le pidieron cerca de 18.000 euros, a Mari, otra vecina con la que apenas tenían trato, le solicitaron 15.000. Incluso probaron suerte con Pascual, el cura del pueblo, según ha explicado él mismo a EFE.

A ninguno les consta que nadie accediera a sus peticiones. Para justificarse, las dos hermanas empleaban un argumentario muy similar al de su presunto estafador: iban a recibir una millonaria herencia de un familiar residente en Estados Unidos, pero necesitaban costearse los gastos sucesorios. Con esta secuencia repitiéndose durante los últimos meses, tal y como investiga la Guardia Civil, cobra fuerza la hipótesis de que los hermanos contrajesen unas deudas que les llevasen a la muerte. La causa ha recaído sobre el Juzgado de Instrucción de Arganda del Rey y se encuentra bajo secreto de sumario.

Desde finales del año pasado nadie sabía nada de los tres hermanos, naturales de una localidad de Ciudad Real, Torre de Juan Abad, pero residentes en Morata de Tajuña desde hacía décadas: las persianas verdes de su casa estaban bajadas, ninguno contestaba al teléfono. Muchos pensaron que se habrían marchado a alguna de sus otras viviendas, hasta que un fuerte olor empezó a salir de la vivienda, un chalé de dos plantas situado en la calle Travesía del Calvario número 3. Los moradores de las casas colindantes, ha explicado una vecina que ha solicitado no ser identificada, estuvieron llamando durante días a la Policía Local alertándoles del hedor, pero no lo revisaron hasta esta mañana.

Los cuerpos ya estaban en estado de descomposición. Los tres hermanos, todos solteros, siempre habían vivido juntos e iban en comitiva a todas partes. Pepe tenía una discapacidad y Amelia, la más joven y "espabilada" -como muchos la definen- se encargaba de su cuidado. "Les teníamos cariño y que ahora mismo estamos, pues con la lágrima floja", ha señalado, en declaraciones a los medios, el alcalde de la localidad, Fernando Villalaín, quien ha convocado tres días de luto oficial y un minuto de silencio para este viernes.