Los grandes hitos de nuestras vidas, cumplir 40, llegar a los 50, ya no son como antes. Hacerse mayor ya no es lo mismo. Dos estudios apuntan a que la 'flor' de la vida está ahora en los 70 años: recién jubilados, las obligaciones se reducen, los hijos ya no viven en casa y es el momento de dedicarse tiempo a uno mismo.

La ciencia afirma que es a partir de esa edad cuando comenzamos a disfrutar de lo que realmente nos gusta hacer: leemos, viajamos, hacemos actividades culturales e incluso disfrutamos más de una buena conversación....

La explicación reside, según el coordinador del observatorio demográfico CEU, Alejandro Macarrón, en que "hay un retraso de la edad media de envejecimiento". Unos años más, gracias a la nueva esperanza de vida, en los que podemos dedicarnos al "dolce fare niente", como dirían los italianos, el placer de no hacer nada.

Para eso, primero hay que liberarse de las obligaciones de la mediana edad. De trabajo, de los hijos, de los planing, de las tareas de casa, de encontrar el hueco para hacer la compra... sin horario, sin presión y sin prisas, se empieza a disfrutar. "Ya no existen esas fuentes de estrés y se puede desempeñar una actividad más lúdica, de lo que le guste", ha indicado el experto.