25 de enero de 2017. José Manuel Villarejo se reunió con el entonces jefe de la UDEF, José Olivera, un empresario y un abogado. El excomisario trató de frenar las investigaciones que le afectaban y les contó que iba a ofrecer al Gobierno de Mariano Rajoy una información muy importante obtenida durante la operación Cataluña que, según él, tapó el CNI.

"Muchísima información de toda la pasta que se ha movido, que es muchísima pasta, que va a afectar no solamente a los Pujol, sino a CiU, a tal y cual. Y eso es lo que la Gobierno de España le puede interesar", llegó a afirmar durante la reunión.

Unos días después, Villarejo contactó con el marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, para ofrecerle la información. Una información, según él, con la que se pondría fin al procés.

El excomisario le pidió a López del Hierro que se lo comentase a Cospedal, que era una información que la podía beneficiar en su pugna con Soraya Sáenz de Santamaría. "Coméntale a María Dolores si le parece bien. Yo no tengo ningún inconveniente. [...] Para, sobre todo para contarle los datos de Andorra, que es una línea de investigación que machaca a todos estos independentistas. Porque son 12.000 cuentas de las cuales hay 4.000 de empresarios catalanes, ¿eh? Y eso vendría de puta madre", aseguraba al teléfono.

En otra conversación de ese mismo mes, otro excomisario, Enrique García Castaño, aseguró que que Cospedal le ofreció reactivar lo que denomina "el tema catalán".