En Soto del Real
La vida en prisión de Santos Cerdán: celda individual, sin televisión y "muy integrado" en el módulo 13
La otra cara Acostumbrado a moverse entre despachos y mítines como uno de los hombres fuertes del PSOE, Santos Cerdán pasa ahora sus días en una celda sin televisión, en un módulo para internos primerizos, adaptándose a la rutina austera de la prisión de Soto del Real mientras avanza la investigación judicial por corrupción que lo mantiene entre rejas.

Resumen IA supervisado
Santos Cerdán ha pasado de ser una figura clave en la política española a enfrentar la vida en prisión provisional en Soto del Real. El Tribunal Supremo lo investiga por presuntos delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias. Ahora, Cerdán se adapta a una nueva realidad, alejado del ajetreo político, en una celda individual sin televisión. En el módulo 13, reservado para internos primerizos, sigue una rutina austera, sin privilegios, compartiendo espacio con reclusos no conflictivos. Su futuro político y personal es incierto mientras avanza la investigación judicial.
* Resumen supervisado por periodistas.
Del Congreso de los Diputados a una celda de seis metros cuadrados. Así ha cambiado la vida de Santos Cerdán en cuestión de horas. El ex secretario de Organización del PSOE ya cumple prisión provisional en Soto del Real, tras la decisión del juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, que lo investiga por presuntos delitos de cohecho, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias.
Ahora, alejado del foco político y del ajetreo de Ferraz, Cerdán comienza a habituarse a una realidad muy distinta: la vida tras los muros de una cárcel.
Celda para uno y sin televisión
Desde su ingreso, Santos Cerdán ha sido destinado al módulo 13, "uno de los espacios más tranquilos" del centro penitenciario madrileño. Este módulo está reservado principalmente para "internos primerizos", sin perfil violento ni antecedentes penales. Según fuentes penitenciarias consultadas por laSexta, el exdirigente socialista está "muy bien integrado" y mantiene una convivencia normal con el resto de reclusos. Habla con ellos, come en el comedor común y participa en la rutina diaria como cualquier otro interno.
Ocupa una celda individual —por ahora— y no dispone de televisión, lo que no es raro en los primeros días, ya que los internos deben solicitarla y pasar ciertos filtros antes de poder instalarla. En cuanto llegó, fue atendido por los servicios médicos del centro, donde se le realizaron las pruebas y analíticas rutinarias para todos los nuevos ingresos.
Incluso, en tan solo cinco días, le ha dado tiempo a crear un club de lectura, como confirmaba su abogado este viernes tras visitarle en el penal madrileño.
Rutina austera y sin privilegios
Pese a ser una cara conocida y haber ocupado uno de los cargos clave del PSOE en los últimos años, Santos Cerdán no tiene trato preferente. En prisión, el nombre y el pasado pesan poco. Las normas son iguales para todos: levantarse temprano, participar en los recuentos, respetar los horarios de patio, comedor y actividades.
Fuentes del centro explican que, por su perfil no conflictivo, ha sido ubicado con internos considerados "tranquilos y colaborativos". Eso no evita que comparta espacio con reclusos condenados o en espera de juicio por delitos comunes, aunque el ambiente en el módulo 13 suele ser más estable que en otras zonas del penal.
De la política a la prisión
Santos Cerdán pasa a engrosar la lista de políticos de primer nivel que han pasado por Soto del Real, una prisión que ha alojado a figuras como Luis Bárcenas, Rodrigo Rato u Oriol Junqueras. Pero, a diferencia de ellos, Santos Cerdán aún no ha sido juzgado. Su situación es provisional, a la espera de que avance la investigación judicial que ha salpicado al PSOE con una nueva sombra de presunta corrupción.
Hasta hace apenas unos días, era uno de los hombres fuertes del partido y pieza clave en la estrategia de Pedro Sánchez. Hoy, su día a día transcurre entre rutinas carcelarias, sin lujos ni discursos, con una sola certeza: su futuro político y personal está más incierto que nunca.