La confesión ha sido para los vecinos una decepción. "Sabe mal, es una pena... es un icono y ahora la sensación es la misma para todos", explica un vecino de Jordi Pujol en Queralbs.
Desde que confesó que había ocultado dinero durante varias decadas en el extranjero ha estado intentando evitar a la prensa con un tour por el Pirineo. Primero en la mansión de su hijo Josep en la Cerdanya francesa y después en la casa del primogénito en la Cerdanya española. Ahora, en Queralbs, hasta ha dado un paseo con la prensa.