El presidente de Ausbanc era el cabecilla de la trama de extorsión. Y según el detalla auto, tenía como aliado al dirigente de Manos Limpias. El tándem comienza cuando Luis Pineda entra en el caso Blesa a cambio de pagar unos 3.000 euros al mes a la organización de Miguel Bernad, que empiezan a actuar como brazo judicial.

Blesa acabó en prisión y eso lo utilizaron para meter miedo a los banqueros, como hizo Luis Pineda con el presidente de Creditservices. Pineda le pidió a Javier López hasta 300.000 euros a cambio de frenar una campaña de imagen negativa contra su empresa.

Ausbanc hizo lo mismo con Unicaja a quien pidió un millón de euros para retirar la acusación contra su presidente en el caso de los ERE. Y cuando retiró los cargos al recibir el dinero camuflado en contratos publicitarios se lo hizo saber a la entidad, que niega que hiciera los pagos, diciendo "misión cumplida".

En total en cinco años consiguieron unos siete millones de euros. El dinero de las extorsiones acabó en distintas empresas para enriquecer a Luis Pineda y Miguel Bernad.