La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, confía en que la adopción formal de la prohibición de venta de motores de combustión para 2035, incluidos los de gasolina, diésel e híbridos, "despeje las dudas" y envíe "señales claras" a los inversores y a la industria sobre cuál es la evolución que se prevé para la movilidad.

El acuerdo, que se prevé que sea refrendado por los ministros, se alcanzó este lunes a nivel de embajadores semanas después de que este sábado Alemania haya accedido a levantar su veto tras forzar un acuerdo con la Comisión Europea para aclarar el encaje que tendrán a partir de esa fecha los combustibles sintéticos.

Según han informado fuentes comunitarias a Europa Press, el acuerdo cuenta ya con el respaldo de Alemania pero tendrá el rechazo de Polonia e Italia, además de la abstención de Bulgaria, si bien con el cambio de Berlín este grupo de países deja de tener peso suficiente para bloquear el acuerdo.

En este sentido, Ribera ha considera que los tres países, que constituían una minoría de bloqueo hasta la salida de Alemania, "han jugado en el último momento en un asunto de un expediente que ya estaba acordado por las diferentes instituciones".

"Como cuestión de principios, no nos gusta este enfoque. Creemos que no es justo. Creemos que todos tenemos la oportunidad de discutir en cada una de las diferentes fases lo que estamos apoyando, cómo negociamos. Y creemos que es una situación bastante curiosa encontrarnos al final de este procedimiento con esta petición", ha incidido la ministra, que ha admitido que es cierto que desde el primer momento los alemanes sugirieron una referencia a los combustibles sintéticos.

Ribera, escéptica con los 'e-fuels'

Sin embargo, Ribera ha matizado que no cree que los conocidos como 'e-fuels' vayan a tener éxito, porque según las evaluaciones que se hacen estos días, son "demasiado caros para ser la respuesta adecuada para cualquier ciudadano medio en Europa". "Probablemente se refiera a demandas muy específicas y muy pequeñas", ha apostillado.

"Lo bueno, y eso es importante, es que la Comisión ha encontrado la manera de atender esta petición de Alemania sin poner en peligro la sustancia y la importancia de estos expedientes", ha concedido, consciente de que cambiar las premisas del expediente para establecer los objetivos de reducción de emisiones, que era "la cuestión importante".

No obstante, Ribera ha reiterado sus críticas al movimiento de Alemania, que no ha sido "bueno" ni "agradable", por lo que espera que todos los Estados miembro hayan aprendido que esto no pueden sentar "un precedente que se utilice siempre, porque podría significar tiempos difíciles para Europa".

"Todos queremos construir Europa y respuestas europeas en cualquier situación, pero en particular en esta crisis", ha incidido.

Los ministros tendrán ocasión este lunes por primera vez de abordar la reforma del mercado eléctrico propuesta por Bruselas, que, a juicio de Ribera, recoge conceptos relevantes que pide ver "precisados, desarrollados y garantizados".

Así, ve como una buena solución la combinación, la evolución de los contratos bilaterales a largo plazo con una compra centralizada a través de sistemas que ya ensayados en cada uno de los Estados miembro, como son los contratos por diferencias, referenciados a distintas tecnologías.

"Y sin embargo, nos parece que todavía la propuesta de la Comisión es mejorable", ha incidido, por lo que ha augurado una reunión "larga, intensa y enormemente estimulante desde el punto de vista del debate político".

Por otro lado, en lo que respecta al paquete del gas, que divide a los países en dos minorías de bloqueo lideradas por Francia, que defiende la inclusión de la nuclear en la normativa de renovables, y por España y Alemania, defensores de que "la nuclear no es ecológica", Ribera aboga por tratar de "intentar encontrar una solución para los franceses".