Demasiadas dudas sin resolver, han pensado la mayoría de los grupos de la oposición, tras escuchar a Pujol. Para el PP un discurso plagado de incongruencias: “Mientras todos construíamos el estado de bienestar, ¿usted qué hacía? ¿Tenía cantidades millonarias en paraísos fiscales? Eso no es hacer país es hacer dinero” ha dicho Sánchez-Camacho.
La explicación “no cuela” ha dicho el líder de Ciutadans: “No nos creemos el cuento, no nos creemos que los 1.800 millones que calculan informaciones periodísticas que sería el patrimonio de su familia, han salido del sueldo de diputado o de presidente”.
A un tibio PSC no le salían los números: “Usted ha aludido a la inflación de la peseta pero aun así el volumen del que se habla es muy grande” ha dicho Iceta. Y Herrera pedía documentos: “¿Nos podría hacer llegar la protocolización del testamento hológrafo?”.
Para los diputados de la CUP, Pujol es un ladrón de guante blanco: “Ha hablado del miedo de su padre del riesgo ¿y el miedo cotidiano de los pobres?” ha dicho David Fernández.
Las palabras más amables Pujol las ha encontrado boca del socio parlamentario de CiU: “Hoy para nosotros esta es una intervención difícil y profundamente incómoda”. Y de su propio partido: “Esto es el Parlamento de Cataluña, no un plató de televisión para perpetrar un linchamiento público contra nadie, menos con quien ha sido un referente en nuestro país”.