Con el optimismo por delante Rajoy se ha presentado como un negociador libre de cargas porque dice que "no tengo ninguna línea roja". Pero aunque no cierra la puerta a una reforma constitucional, las líneas están, porque se sigue negando, por ejemplo, a que el Congreso lo presida el socialista Patxi López. "En ningún caso vamos a apoyar a un candidato a la presidencia de las cortes que no sea del PP" dice Rajoy.
También rechaza dar un paso atrás en caso de que la investidura dependiera de que él no fuese el presidente, sino otro popular. El presidente en funciones busca insistentemente su investidura, pero al hablar de Cataluña, su opinión cambia y señala que "lo segundo mejor en Cataluña sería que se celebrasen elecciones".
Volviendo a los suyo, para Rajoy la gran coalición con PSOE y Ciudadanos sigue siendo la mejor opción y aunque no lograse el acuerdo, tiene claro su liderazgo en el PP porque asegura que su "idea es volver a presentarme a la presidencia del mi partido pase lo que pase".