El exconfidente de la Guardia Civil abandonó la prisión en un furgón policial que le recogió dentro mismo del recinto penitenciario sobre la una de la madrugada, una hora después de que quedara extinguida su condena ya que su detención se produjo el 19 de marzo de 2004, días después de producirse los atentados del 11M.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ya había señalado horas antes que la voluntad de su departamento era que Rafá Zouhier dejara el territorio nacional "tan pronto sea excarcelado", por lo que, previsiblemente, el furgón policial le llevará de vuelta a su país, Marruecos. El pasado 22 de enero la Audiencia Nacional acordó el licenciamiento definitivo de Rafá Zouhier y comunicó a la Policía Nacional que, en caso de considerarlo oportuno y procedente, iniciara los trámites pertinentes para su expulsión del territorio nacional, conforme al artículo 57 de la Ley de Extranjería.

Según ese artículo, "constituirá causa de expulsión, previa tramitación del correspondiente expediente, que el extranjero haya sido condenado, dentro o fuera de España, por una conducta dolosa que constituya en nuestro país delito sancionado con pena privativa de libertad superior a un año, salvo que los antecedentes penales hubieran sido cancelados". La expulsión se topaba con la dificultad de que Rafá Zouhier contrajo matrimonio hace unos meses con una mujer española.

El abogado de Rafá Zouhier, Antonio Alberca, se ha quejado de que no se le ha sido permitido visitar esta tarde al preso en la cárcel, tal y como pretendía hacer para asesorarle de cara su posible expulsión del país y para que firmara "unos documentos importantes" para su defensa.

El 31 de octubre de 2007, la Audiencia Nacional condenó a Zouhier a 10 años de cárcel por un delito de colaboración con la célula islamista que perpetró los atentados del 11M. La sentencia dio por probado que Zouhier actuó como intermediario entre el ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras, que suministró los explosivos, y Jamal Ahmidan, líder de la célula que perpetró los atentados, pero le absolvió de cooperación necesaria en los atentados porque en su labor "era sustituible por otro" y porque el ex confidente no era la única alternativa de los terroristas.

En el juicio, celebrado entre el 15 de febrero y el 2 de julio de 2007, Zouhier se declaró "superinocente". En una reciente carta que hizo pública esta misma semana decía que salía "de la injusta condena con la conciencia superlimpia de no haber hecho daño a nadie y menos a un pueblo que me ha tratado bien" y mostraba su confianza en que algún día se sepa "la verdadera verdad" de los atentados del 11M que causaron la muerte a 191 personas.

Con la excarcelación de Zouhier son ya siete los condenados por el 11M que han cumplido sus penas por su implicación en la masacre, aunque sólo cuatro se encuentran actualmente en libertad.