El Barça levanta la Copa del Rey, pero es de lo que menos se habla. La monumental pitada al himno nacional, y la decisión del Gobierno de convocar la Comisión Antiviolencia para estudiar saciones, ha provocado una batería de reacciones.
Desde Cataluña se califica la decisión de ridícula. El President de la Generalitat ha dicho que cree que "se tiene que situar en el contexto normal de estos eventos y no hacer el rídiculo con provocaciones y amenazas".
Y desde Euskadi dicen que carece de sentido. Koldo Mediavilla, responsable del Área Institucional del PNV ha afirmado que "en un sistema democrático, la libertad de expresión es básica y lo que no se puede pedir que se reprima la voluntad de la ciudadanía expresada de manera explícita".
Muchos partidos han condenado los hechos, el Vicesecretario General de la Política Autonómica y Política del PP, Javier Arenas, ha declarado que "me pareció un espectáculo lamentable que tiene que tener nuestra más firme condena". Por su parte, García-Page, candidato del PSOE en Castilla-La Mancha asevera que "pitar el himno nacional es pitarse a sí mismo, porque esa libertad con la que han podido pitar tiene que ver mucho con el himno".
Albert Rivera, líder de Ciudadanos ha querido mostrar su opinión en Twitter: "En España necesitamos menos odio, menos pitidos, menos bandos, más convivencia, más educación, más unión. Queremos una España diversa y unida". Incluso el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez ha llamado al propio Rey para mostrarle su apoyo.
Desde Podemos no creen que prohibir sea la solución, sino más bien el problema, así lo asegura Íñigo Errejón: "El problema no se soluciona prohibiendole a la gente las cosas, a menudo prohibirle a la gente las cosas Ha sido una fábrica de producir más independentistas, es una fábrica de producir más desencuentros". Una multitud de opiniones para una reacción, que ya casi se ha convertido en una tradición, en la final de la Copa del Rey.