El denunciante y acusado de Gürtel, José Luis Peñas, atiende a la prensa antes de entrar a declarar cuando Francisco Correa llega a la Audiencia Nacional y le lanza una mirada desafiante.

Sabía lo que iba a pasar, y ha pasado. Peñas le ha señalado como el jefe de la trama: "Era el jefe del aparato, el que llevaba la llave".

Peñas ha contado de dónde provenía el inmenso poder que llegó a tener: de su íntima amistad con Aznar: "Senadores y congresistas se paraban a su paso".

Según Peñas, la organización de actos, que era actividad principal de la trama, era sólo una pantalla: "Era la pantalla para introducirse en unos municipios y otros, con el aval de la amistad, en aquel momento, de Aznar. El dinero de verdad, según él, estaba en otro sitio, en la compraventa del suelo.

Intermediaba en operaciones inmobiliarias a cambio de jugosas comisiones para él y para el PP. "En esa intermediación gana el PP, gana Correa y gana todo el mundo".

Asegura que Correa le contó que muchas de esas comisiones eran por obras del ministerio que dirigía Francisco Álvarez Cascos.

Peñas dice que empezó a grabar las conversaciones que han hecho posible este juicio cuando se dio cuenta de que la trama era algo más que un grupo de amigos.