Matilde Márquez lucha desde hace once años para no perder su vivienda. Todo empezó cuando su hija compró una casa y accedió a ser su avalista, pero el precio de la hipoteca se disparó y no pudo seguir pagando, por lo que el banco se quedó con las dos viviendas, que a su vez fueron vendidas a un fondo de inversión.

"El fondo me dice que me vaya, le da igual que sea avalista o no. Yo avalé por un 20%, pero ellos se has llevado dos casas", explica a laSexta Matilde. “Llegué al punto de que tuve una depresión tan grande que me han jubilado. Casi no lo estoy contando", rememora Márquez. Pero esta situación es, desgraciadamente, muy habitual.

Un estudio de la OCDE realizado en 27 países revela que el aumento del precio de la vivienda provoca suicidios y muertes que se podrían evitar. Para ello, -señala dicho estudio-, deberían ponerse en marcha políticas de gasto social, un control de los precios y apostar por un parque público de vivienda.

El presidente de Psicólogos sin Fronteras, Guillermo Fouce, alerta de que "hay muchos suicidios encubiertos por estas situaciones". En este sentido, asegura, es fundamental el acompañamiento, "no sentirse solo".

Según datos de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, se están produciendo 100 desahucios al día. Puedes ampliar esta información en el vídeo que acompaña a esta noticia.