Llega cojeando y de la mano de un chico, es Mirel, la primera mujer que ha superado los seis metros de valla. Es camerunesa y llevaba tiempo en el campamento del monte Gurugú. Dicen que antes ya lo había intentado. Pero hoy lo ha conseguido, aunque ha tenido que ir directamente a la enfermería.

Junto a ella, 214 inmigrantes han llegado a la tierra, para ellos, prometida besan el suelo, cantan victoria y dan las gracias.

Pero antes de la euforia, han pasado dicen mucho miedo. Parte del grupo estuvo a punto de ser interceptado en lo alto de la valla, a la que llega a subirse vean un guardia civil. Algunos inmigrantes se quedan rezagados, encaramados al metal, mientras agentes y efectivos de la cruz roja les esperan abajo.

Durante tres minutos, decenas de subsaharianos corren por esta calle a pesar del frío, apenas llevan ropa, o han perdido el calzado. Patrice ha pasado por un calvario, hace unos días le veíamos en el monte Gurugú. Allí nos contaba que había intentado saltar la valla seis veces y que se planteaba llegar a España a nado.

Ya está en el Ceti, en el centro de estancia temporal de inmigrantes. Para ellos, la última escala hacia una nueva vida. Patrice anima desde aquí a los que todavía están al otro lado. Sabe que cientos de compañeros se preparan para seguir sus pasos.