Luis Bárcenas ha asegurado que una persona de su entorno cercano negoció con dos personas muy próximas al Partido Popular para "enterrar el hacha de guerra" y que, sin embargo, sus interlocutores "no han cumplido". Así lo ha expuesto el extesorero del PP en una entrevista en exclusiva concedida al diario 'El Mundo', donde ha asegurado que dicha negociación la llevó a cabo un "íntimo" amigo suyo cuyas identidades no quiere desvelar: "El PP no me ha trasladado amenazas expresas, como lo hizo con algunos abogados en 2013. Ahora ha sido una negociación en la que acepté retirar la acusación por los discos duros".

Ha mantenido que le ofrecieron evitar que su mujer, Rosalía Iglesias, no entrara en la cárcel. A cambio, él se retiraría como acusación particular en el caso del borrado y destrucción de los ordenadores de Génova. Sin embargo, el Tribunal Supremo condenó finalmente a Iglesias a casi 13 años de prisión por blanqueo, apropiación indebida y delitos fiscales en el marco judicial de la primera etapa de la trama 'Gürtel', lo que la llevó a cumplir condena en la cárcel de Alcalá Meco. Una propuesta que, según ha insistido, no se acabó cumpliendo.

También en esta entrevista, el exresponsable de las finanzas de la formación popular ha asegurado que siempre fue consciente de que le "hacían seguimientos ordenados por el Gobierno de Rajoy desde al menos abril de 2013", y que "de igual forma intuía que el Ministerio del Interior estaba detrás del secuestro" de su mujer por parte de "un falso sacerdote que pudo terminar en una desgracia" si no hubiera actuado su hijo Guillermo: "Esto fue la obra de un canalla captado por un pequeño sector de la Policía y, aparentemente, recompensado con cargo a los fondos reservados".

No obstante, ha reconocido que no se esperaba lo ocurrido con su chófer. "Lo que nunca imaginé fue la traición de mi conductor (Sergio Ríos). Nunca tuve esa sospecha, al contrario, siempre pensé que hacía bien su trabajo y velaba por mis intereses", ha proseguido explicando Bárcenas, quien en sus declaraciones considera que Ríos no fue un infiltrado desde el primer momento, si bien ha reconocido que su familia empezó a sospechar del conductor antes que él.

Sobre esto, ha precisado: "Fue la desconfianza hacia él, unido a que sus servicios ya no eran necesarios, lo que nos llevó a prescindir de él. Me sorprendió, sin embargo, que cuando yo recuperé la libertad (en enero de 2015), pretendió aproximarse de nuevo a nosotros". En este sentido, cree Bárcenas que "fueron sus jefes en la 'operación Kitchen' los que le indicaron que hiciese este intento de aproximación, pues todavía tenían en su mano el que se le admitiera en la Academia de la Policía de Ávila".

No me extrañaría una competición entre Fernández Díaz y Cospedal para ver quién obtenía antes resultados exitosos para tranquilizar a Rajoy"

Luis Bárcenas (extesorero del PP)

Bárcenas, que en esta línea ha señalado que tampoco daba crédito a que "internos de Soto del Real fueran aleccionados" para sonsacarle información bajo orden de Interior, ha confirmado también en 'El Mundo' que la Policía le sustrajo pruebas clave sobre la financiación del PP: "En el despacho que yo utilizaba a veces en el estudio de mi mujer había información de carácter económico que afectaba al PP y dos grabaciones, aunque no toda la documentación se encontraba allí".

El extesorero también ha querido entrar a valorar las responsabilidades políticas que podrían estar implicadas en las órdenes de la 'operación Kitchen', decantándose, viendo lo sucedido, "por la hipótesis de los dos espionajes paralelos". Y se ha referido así a dos exministros del Gobierno de Rajoy: "Conociendo a los personajes, no me extrañaría una competición entre Fernández Díaz y Cospedal para ver quién obtenía antes resultados exitosos para presentar y tranquilizar a Rajoy". Sobre este asunto, ha añadido que "es una presunción que no pretende acusar a nadie".

Finalmente, ha afirmado tener "claro que el secretario de Estado, si monta el operativo, es porque cuenta con la autorización expresa de la superioridad", y sobre ello ha matizado: "Si el superior era Rajoy, Fernández Díaz, Soraya o Cospedal, de momento no lo sabemos". También ha rechazado que todo este operativo únicamente tenía por objetivo quitarle el material que tuviera contra el PP, y no buscar si tenía dinero oculto.

Ofensiva desde el PP tras sus declaraciones

El Partido Popularniega haber llevado a cabo cualquier negociación. Fuentes de la dirección nacional del partido han asegurado que "no hablan con delincuentes". Han atribuido las declaraciones del extesorero a una estrategia procesal y han avisado de que actuarán legalmente contra cualquier infundio o calumnia. Estas declaraciones se han dado a pocas horas de que arranque el juicio por la 'Caja B' del PP. Bárcenas se sentará en el banquillo de los acusados dispuesto, según ha afirmado, a colaborar con la justicia.

El juicio intentará dilucidar si durante dos décadas el Partido Popular recibió donaciones de grandes constructoras a cambio de contratos públicos. Donaciones que superarían los ocho millones de euros, aunque solo se juzgan las del ejercicio de 2008, el único que no ha prescrito. Pendiente de aclarar queda además si ese dinero sirvió para pagar en negro los 888.000 euros que costó la reforma de la sede de Génova. Un caso que estalló tras la publicación en el diario 'El País' de las anotaciones a mano de Bárcenas.

Juicio que llega tras años viendo y escuchando al PP negar la contabilidad opaca ("ellos afirman su inocencia", reivindicaba el por entonces líder del Gobierno Mariano Rajoy) y señalando después al exdirector de las finanzas de la formación popular como culpable (de Bárcenas Rajoy también dijo que se "equivocó al confinar en la persona inadecuada).

En este caso, declararán como testigos los expresidentes Rajoy y Aznar y los exsecretarios generales del partido Ángeles Acebes, Francisco Álvarez-Cascos y Dolores de Cospedal. La Fiscalía ha reclamado cinco años de cárcel para Bárcenas por delito fiscal, falsedad documental y apropiación indebida. También se sentarán en el banquillo de los acusados el exgerente del partido Cristóbal Páez y los socios del estudio de arquitectura que realizó las obras de Génova.