Los odontólogos se sienten totalmente desprotegidos frente al COVID-19. El Gobierno no ha decretado el cierre de las clínicas, pero los profesionales del sector advierten de que están muy expuestos a contagiarse ya que no pueden respetar la distancia de seguridad recomendada.

"Como tratamos al paciente a menos de 50 centímetros de la cavidad oral y se producen una serie de salpicaduras y aerosoles que están contaminados, pues sería muy fácil el contagiarnos", explica Antonio Montero, presidente del Colegio Oficial de Odontólogos.

Tal y como indica David Rubio, vicepresidente del Colegio, muchos han sido los que han decidido echar el cierre de sus clínicas por cuenta propia. "Estamos tomando esa dinámica de atender telefónicamente y seguir prestando ese servicio a las personas que lo necesitan", cuenta. Solo atienden en persona los casos de urgencia.

Aún así, piden al Gobierno que se decrete el cierre de las clínicas dentales y que les dicten normas claras sobe cómo deben actuar, ya que por el momento, en caso de tener que atender a algún paciente que pudiese estar infectado, denuncian que no cuentan con el material de protección necesario.

"No tenemos mascarilla, ni disponemos normalmente de gafas adecuadas, ni de batas impermeables", asegura Montero. La mayoría de las clínicas tampoco tienen equipos de protección individual.

Aseguran que, como sanitarios, quieren tratar a sus pacientes con seguridad como ocurre en los hospitales.