Las imágenes de jóvenes bailando o en botellones sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad preocupan a las autoridades sanitarias. En este sentido, María José Sierra, jefa de área del CCAES, destaca que "el 32% de los brotes y más de 900 casos se producen en el ámbito social". De estos 900 contagios, 350 están relacionados con el ocio nocturno que, debido a sus características, puede multiplicar el número los contagios.

Mientras el foco de Fuenlabrada, por ejemplo, registra 28 positivos, el de Totana, en Murcia, originado en un pub, eleva esta cifra hasta los 85, mientras que en Gandía hay 114 positivos. Recordemos, además, el primer rebrote en Corea del Sur a principio de mayo: un joven que fue a cinco locales en Seúl e infectó a 80 personas en una sola noche.

Para evitar riesgos, Cataluña ha cerrado todas las discotecas de la Comunidad. Baleares ya lo prohibió al inicio de la desescalada en locales de más de 300 personas y Murcia solo permite que los clientes de los bares de copas estén en sus terrazas sentados. También se han producido cierres en ciudades como Zaragoza o Gandía.

Por su parte, País Vasco, Andalucía y la Comunidad de Madrid estudian aplicar nuevas medidas entre las que podría estar el cierre de los locales de noche. Además, Galicia ha prohibido las concentraciones de jóvenes en el exterior y Navarra ha limitado la actividad nocturna hasta las 2:00 horas.

Para el sector del ocio nocturno, no es justo que se les culpe de brotes como el de Córdoba, originados en una fiesta privada y no en un local abierto al público. "Es injusto que se nos atribuya un brote que se ha originado en una fiesta privada", denuncia Vicente Pizcueta, portavoz de España de Noche, quien pide, además, que no se les estigmatice: "Hay que separar las actividades de ocio descontroladas o las fiestas clandestinas de lo que es una actividad reglada e inspeccionada" que en España genera más de 200.000 puestos de trabajo.

Los controles aumentan en Madrid: así trabaja la Policía

Los controles han aumentado en Madrid y la Policía recorre la ciudad preguntando a quienes se reúnen con amigos por la noche si llevan la mascarilla con ellos y les recomiendan que se las coloquen. Preocupan especialmente las aglomeraciones que se generan, por ejemplo, en las puertas de bares o discotecas o en las plazas. Allí cuando ven la cámara de la televisión se la ponen rápidamente.

Vemos que hasta la medianoche no se registran grandes desordenes, pero pasadas las 3:00 horas, el consumo de alcohol denota comportamientos poco responsables, como el de jóvenes que retan al virus después de varias cervezas o unas copas.

Sin embargo, también están aquellos que no pisan una discoteca porque prefieren resguardarse del virus en terrazas o azoteas y exigen que todos cumplan porque cuando salen por la noche muchas veces se encuentran con gente que "se quita la mascarilla o se la dejan en el codo", tal y como denuncia un joven. Para evitar rebrotes y el cierre total del ocio nocturno en Madrid hay una única solución: mascarilla puesta y distancia social.