La Junta Electoral Provincial ha prohibido al Ayuntamiento de Barcelona iluminar de color amarillo las fachadas de edificios municipales y también las fuentes públicas durante el periodo electoral, según ha informado el presidente del grupo del PP en el consistorio, Alberto Fernández.
El consistorio tiene 24 horas para recurrir la orden de la Junta Electoral, una decisión que de momento no ha tomado, según fuentes municipales.
El Ayuntamiento de Barcelona decidió esta iluminación en amarillo en solidaridad con los exconsellers de la Generalitat y los líderes de entidades independentistas encarcelados.
La resolución de la Junta Electoral da la razón al recurso del PP, que pedía prohibir el uso del color amarillo en fuentes y edificios públicos porque "representa a una de las opciones que se presenta a las elecciones" y esto implica una vulneración de la obligación de neutralidad de las instituciones públicas.
Rechaza los argumentos esgrimidos por el consistorio en contra de dicha vulneración de que la iluminación no tiene ningún interés partidista, sino que es simplemente una expresión de solidaridad con las familias de personas privadas de libertad y que las manifestaciones a favor de la libertad de los presos son ejercicios de libertad de expresión.
Alberto Fernández, que ha hecho publica la resolución apenas la ha recibido el PP, ha reclamado al Ayuntamiento de Barcelona que "la acate inmediatamente".
Fernández ha subrayado que la Junta Electoral considera que la iluminación de amarillo de fuentes y edificios públicos "ni es un ejercicio de solidaridad ni de respeto al derecho de libertad de expresión", y atenta a la obligación de neutralidad que tiene el Ayuntamiento de Barcelona como institución pública.
El líder del PP ha denunciado que la iniciativa era "una manifestación de apoyo del gobierno Colau a una pretensión del independentismo" que la Junta Provincial ha visto "claramente" al visionar el debate en comisión en que se aprobó, a propuesta del PDeCAT.
En la resolución, la Junta Electoral de Barcelona señala que del debate "se infiere que el hecho de poner luces amarillas o iluminar las fuentes de amarillo no es una simple manifestación de solidaridad, sino que es en apoyo a una determinada propuesta política que es seguida por una parte de los partidos políticos que se presentan a estas elecciones y no es compartida por todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento ni de la ciudadanía de Barcelona".
Señala que esto también lo ha corroborado la resolución de la Junta Electoral Central que prohíbe llevar el lazo amarillo a los miembros de las mesas electorales por considerarlos "símbolo partidista".
Para la Junta Provincial el encendido de luces o fuentes de color amarillo objeto de la queja del PP es equiparable al lazo amarillo "puesto que ambos simbolizan la petición de libertad de los que una determinada parte de la ciudadanía ha denominado 'presos políticos".
Por ello, "no cabe otra conclusión" que la de entender que esta iluminación atenta a la obligación de neutralidad que tienen las instituciones públicas en periodo electoral, que subraya que es "lo único que puede garantizar la libertad y la igualdad del derecho a voto".