"Mire, vamos a ver". Es una de las frases del juicio del 'procés' y no es de ningún acusado, sino del juez Manuel Marchena, convertido en uno de los protagonistas junto a los 12 procesados. Con tono tranquilo en la mayoría de las veces, en otras cortante, en más de una ocasión dejó claro ante testigos, defensas y acusados que en la Sala mandaba él. Vayan aquí algunos ejemplos.

Joan Tardà y el catalán: el diputado de ERC declaraba como testigo, y a pesar de que el juez ya había dicho que solo los acusados podían hacer uso del catalán, Tardà inició su comparecencia con el catalán. "Así no empezamos bien", le interrumpió el magistrado y le indicó que debía hablar en castellano. "Para que lo entienda, que soy lego en la materia, ¿tengo derecho a responder en catalán?", quiso saber el diputado. "No", fue la rotunda contestación.

El testigo 'opinante': fue la reprimenda al abogado de Vox que, según el juez, estaba pidiendo a un testigo que valorase "comportamientos ajenos" de los acusados, sobre si estaban "integrados en la unidad de acción" dirigida a lograr la independencia. "No existe el testigo opinante para la valoración de los hechos", tuvo que recordarle Marchena.

El 'no lo recuerdo' de un testigo: fue ante las evasivas de un guardia civil a contestar a las defensas de los acusados. Después de escuchar varios "no lo sé" y "no lo recuerdo", Marchena le lanzó esta advertencia: "La permanente coletilla de 'no lo recuerdo' nos obliga a nosotros a recordarle que está usted bajo juramento".

Regañinas a los abogados: fueron habituales con Jordi Pina, el abogado de Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull. En una ocasión, cuando el abogado preguntaba a un guardia civil que intervino en tres centros de votación el 1-O y sufrió una lesión en uno de ellos, Marchena le espetó: "Si quiere, testifica usted. Esto no es serio, señor Pina", a lo que el abogado contestó: "Tiene razón, señoría, pero como comprenderá...". El juez le paró los pies: "Como tengo razón, mejor lo dejamos y hace otra pregunta".

Un toque irónico: también hubo momentos más 'simpáticos', como cuando un policía se presentó en la sala y ese mismo abogado, Jordi Pina, advirtió: "No sé si voy errado, pero creo que el testigo ya ha comparecido en esta sala con anterioridad". Así era. El presidente del tribunal no pudo evitar una sonrisa al responder al letrado: "¿Qué haríamos sin usted, señor Pina? Bueno, pues puede marcharse". Los exconsellers Forn y Romeva fueron incapaces de aguantar la risa.

El tiempo del juez: cuando un abogado quiso saber si un antidisturbios se interesó por los heridos, Marchena cortó el interrogatorio así: "Preguntar por el sentimiento piadoso o no piadoso del sujeto que está actuando como fuerza de intervención pública no tiene ninguna trascendencia". Era el abogado de Cuixart y cuando se quejó, el magistrado elevó el tono: "No vamos a discutir usted y yo. Está usted perdiendo el tiempo y nos lo está haciendo perder a nosotros".

Implacable: un letrado estaba interrogando a un testigo cuando de repente se quedó callado. El silencio se extendió por la sala y ahí fue cuando Marchena le llamó la atención: "Las preguntas se tienen que traer preparadas de casa". Al letrado no le sentó bien y así se reflejo en su cara, pero incluso sus compañeros no pudieron evitar una sonrisa ante el comentario del presidente del tribunal.

Fiebre el 1-O: el juez llamó al orden a una abogada, testigo, que aseguró que tenía unas décimas de fiebre el día del referéndum y que "alucinó" con lo que vio el 1-O. Marchena le contestó que su fiebre no tenía ninguna trascendencia jurídica y que tampoco debe ir para explicarle al tribunal su grado de alucinación con respectó a lo que pasó ese día.

Sin distinciones: esto es lo que le soltó a la ex vicepresidenta del Gobierno Sáenz de Santamaría, que declaraba como testigo: "No conteste a la pregunta., Iba bien orientada hasta que ha comenzado a contestar usted".

Severo con unos y con otros: con los abogados que reformulaban sus preguntas, pero que respondían a lo mismo. Así fue cuando se dirigió a un testigo y le dijo: "Le han pedido que conteste a esta pregunta, todos los añadidos sobran", o al propio abogado que le dijo así que cortara el relato: "Formule otra pregunta, por favor".