Homicidios, agresiones y expulsión ilegales de los inmigrantes son las tres causas que piensa elevar la acusación particular para los 16 guardias civiles imputados por la tragedia del tarajal. Lo decidirá la Justicia de Ceuta,  que de momento les cita a declarar bajo la ley de Enjuiciamiento Criminal. 

El 6 de febrero de 2014 unos 300 inmigrantes intentan un frustrado salto a la valla de Ceuta. Ante la imposibilidad, varios deciden ir a la playa al espigón fronterizo en un intento desesperado por llegar a las costas de Ceuta a nado. Un superviviente explica cómo lo vivió: "Intentamos cruzar la frontera el 6 de febrero de 2014, había guardias civiles".

Fueron recibidos por la Guardia Civil con disparos de pelotas de goma y gases lacrimógenos, según los inmigrantes. Hubo 15 muertos, cuatro de ellos por aplastamiento al agarrarse a las piedras del espigón. 

En grabaciones de la Cadena SER, se oye decir que "hay dos cadáveres" y que van a proceder "a sacarlos", indicación a la que responden: "eso es zona marroquí, ya lo hacen ellos". 

En un primer momento, la Guardia Civil se desmarco de los hechos. En febrero de 2014, Arsenio Fernández de Mesa, director de la Guardia Civil, dijo que la actuación había sido impecable y que no se usaron en el mar pelotas de goma. 

Pero el ministro Jorge Fernández Díaz sí lo reconoció. Los que llegaron a la playa, en torno a 20, denunciaron que fueron recibidos a golpes y devueltos a Marruecos. A partir de aquí, se han seguido defendiendo las actuaciones de los agentes. Había indicios de delito, pero en aguas de Marruecos, por eso se elevó el asunto a la Audiencia Nacional, pero Andreu determinó que la causa debía volver a Ceuta. La investigación apenas había avanzado hasta el momento de las imputaciones.