La disolución del grupo pacifista se ha producido en un sencillo pero emotivo y simbólico acto, al que han acudido decenas de ciudadanos, representantes institucionales como el lehendakari, Iñigo Urkullu, o políticos como el líder del PSE-EE de Euskadi, Patxi lópez; la parlamentaria del PP vasco, Nerea Llanos, y el parlamentario de UPyD, Gorka Mainero, entre otros.

Si el 25 de noviembre de 1985 nació Gesto de forma anónima, sin repercusión mediática, con nulo respaldo ciudadano y acogida con recelo por los partidos, tras el asesinato de cuatro personas en 24 horas a manos de ETA, hoy se ha disuelto arropada por dirigentes de las principales formaciones políticas y numerosos representantes de organizaciones sociales y sindicales vascas.

Los miembros de Gesto han recibido también el calor de decenas de ciudadanos particulares que se han acercado a la Plaza Circular en una mañana gris, fría y desapacible en Bilbao, para darles las gracias por su "coraje cívico" en la lucha contra ETA.

Han resaltado el "coraje cívico", la "valentía" y la "dignidad" con que los miembros del colectivo pacifista sobrellevaron la defensa del derecho a la vida y de derechos humanos frente a quienes daban apoyo y cobertura política y social a los terroristas.

El Defensor del Pueblo Vasco, por su parte, ha señalado que el final de la violencia terrorista se ha debido "gracias, en buena medida, a la gigantesca tarea de los hombres y mujeres de Gesto por la Paz".

"Un final -ha remarcado-, que, sin Gesto por la Paz, quizás hubiese llegado pero, seguro, que lo hubiese hecho más tarde y, desde luego, de manera distinta, de manera más desfavorable para los derechos, para la convivencia y para la dignidad de la sociedad vasca". "Gesto por la Paz se disuelve hoy, pero su testimonio, su valentía y su coraje cívico en la defensa de los derechos más elementales, perdurará", ha concluido Lamarka.

El hijo de una víctima de ETA, Iñaki Arrizabalaga, también ha agradecido la labor del grupo pacifista y ha manifestado que "para las víctimas del terrorismo que creemos en la normalización de la convivencia y que afirmamos que el odio no es cemento para nada nuevo, Gesto por la Paz ha sido una muleta moral en la que hemos podido apoyarnos cuando más falta nos hacía".

Un miembro del grupo pacifista ha leído el manifiesto con el que Gesto por la Paz se despide y que remarca que sus seguidores se van hoy como llegaron: "como ciudadanos absolutamente anónimos, absolutamente plurales y absolutamente libres". "Como ciudadanos de a pie -explican en su adiós-, hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para hacer frente al fenómeno de la violencia y a sus indeseables efectos".

El manifiesto proclama, por último, el "orgullo" y la "dicha" de los miembros de Gesto por "haber podido formar parte de ese grupo de gente que supo levantarse de la postración ética que sufría nuestra sociedad para emprender el camino hacia el horizonte de la dignidad humana".

Un largo aplauso, un último minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de ETA y la suelta de globos blancos en forma de paloma con las alas extendidas (el símbolo que presidía todas sus pancartas), han puesto fin al acto y a la trayectoria de 28 años de este colectivo pacifista.