Pedro Sánchez defiende que España "no se ha desentendido de la causa del pueblo saharaui", casi dos meses después de que el Gobierno llevara a cabo un giro histórico sobre este conflictoy manifestara su apoyo a la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara.

El presidente ha comparecido este miércoles ante el Congreso de los Diputados para dar cuenta de la nueva etapa de "confianza recíproca" en las relaciones con Rabat, de la que ha hecho un balance "positivo", asegurando que hoy estas se asientan "sobre una base más sólida".

Con respecto a la cuestión del Sáhara Occidental, Sánchez ha defendido que "la propuesta marroquí de autonomía es la base más seria, creíble y realista" para desencallar un conflicto "que dura ya demasiado tiempo". "La posición española está alineada con la de nuestros socios europeos y con la de otros muchos países", ha argumentado asimismo.

"España evidentemente no se ha desentendido de la causa del pueblo saharaui, al contrario, hemos situado el debate donde creemos que debe estar, en la búsqueda activa de una solución política mutuamente aceptable dentro del marco de Naciones Unidas", ha agregado Sánchez, para quien "47 años de conflicto irresuelto en torno a la cuestión saharaui deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones".

Posteriormente, y después de que varios grupos parlamentarios le hayan afeado el cambio de postura sobre el Sáhara, Sánchez ha insistido en que su Ejecutivo plantea "una política exterior alineada con la Unión Europea". "Lo que estamos haciendo es defender las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", ha defendido, reiterando que también "grandes potencias europeas" como Francia, Alemania o Países Bajos "reconocen los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos por plantear una solución".

"No aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas"

Por otra parte, Sánchez ha enumerado los compromisos alcanzados con Marruecos, citando la "transparencia" y "comunicación permanente", así como el "respeto mutuo". "Vamos a evitar todo aquello que sabemos ofende a la otra parte", ha indicado en este sentido.

"Nosotros no aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas, porque son territorio español", ha ilustrado el líder socialista, que ha apostillado que "también debemos entender que Marruecos merece la misma consideración cuando hablamos de los asuntos que a ellos les preocupan".

"La soberanía española sobre Ceuta y Melilla está fuera de toda duda", ha asegurado Sánchez, que asimismo ha aludido a la normalización de los pasos fronterizos entre ambos países y ha asegurado que el acuerdo ya se materializa en un "futuro esperanzador para los habitantes de las ciudades autónomas".

En su turno de réplica, Sánchez ha respondido a Santiago Abascal, después de que el líder de Vox hablara de "soberanía" y le exigiera "que sean los intereses de España y no los de Marruecos los que guíen nuestra política exterior". El presidente, por su parte, ha aseverado que no tiene que reconocer la soberanía nacional de Ceuta y Melilla al igual que no tiene que decirlo "de Burgos, de Valencia, de Barcelona o de Almería" porque "son ciudades españolas".

Rechazo al uso del drama migratorio como "arma de presión"

Asimismo, Sánchez ha puesto en valor el relanzamiento y refuerzo de la cooperación en materia migratoria, un año después de lacrisis humanitaria originada cuando miles de migrantes llegaron a nado a la costa de Ceuta ante la pasividad de las autoridades marroquíes, mientras las relaciones diplomáticas con Marruecos pasaban por uno de sus peores momentos.

"España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la migración irregular como arma de presión", ha advertido el presidente, que ha defendido que "frente a ello el mejor instrumento es la cooperación internacional".

"En esta nueva etapa de confianza recíproca hablaremos de todos los temas de interés, común siempre y cuando nos alejemos de las acciones unilaterales", ha apuntado durante su intervención, en la que ha asegurado que, si bien "queda sin duda mucho por hacer", "la pregunta más importante" es "si hemos situado nuestras relaciones con Marruecos sobre una base más solida y si tenemos una idea clara de hacia dónde queremos ir". "La respuesta es decididamente que sí", ha sentenciado.