España celebra este domingo las decimoterceras elecciones generales tras el fin de la dictadura y el retorno de la democracia, una cita en la que, descartadas las mayorías absolutas y caído el bipartidismo imperante hasta hace un año, cuatro partidos intentarán formar o condicionar el Gobierno: PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos.

Las elecciones del pasado 20 de diciembre acabaron con el bipartidismo hegemónico desde la transición, pero no hubo consenso suficiente para alumbrar un nuevo Gobierno. Por primera vez en su historia reciente, España ha tenido que repetir sus elecciones generales debido a la falta de acuerdo entre los partidos para que un candidato lograse la confianza del Congreso.

El punto álgido del bipartidismo se alcanzó 2004, cuando PP y PSOE sumaron 312 diputados, y sobre todo en 2008, elecciones en las que coparon el 83,61 por ciento de los votos y llegaron incluso a los 323 escaños, dejando sólo 27 plazas del Congreso para todas las formaciones minoritarias.

En 2011 el bipartidismo empezó a perder fuelle y el PP y el PSOE se conformaron con el 73% de los votos y 296 diputados, mientras que las minorías duplicaron su presencia logrando 54 escaños repartidos entre doce formaciones: CiU, IU-ICV, UPyD, Amaiur, PNV, BNG, Esquerra (ERC), Coalición Canaria, Compromís-Equo, Foro Asturias y Geroa Bai. La clave estuvo en el derrumbamiento del PSOE, pues los 'populares' ganaron aquellas elecciones con mayoría absoluta.

En la XI Legislatura, nacida de los comicios del 20 de diciembre, irrumpieron Podemos y Ciudadanos y el bipartidismo dio paso a otro modelo en el que nadie se acerca a la mayoría absoluta y son cuatro los partidos con opción a gobernar.

Pero los pactos no fructificaron y ningún candidato logró los votos suficientes para ser investido presidente del Gobierno, lo que ha obligado a repetir las elecciones. Este domingo arranca la XII Legislatura en busca de un presidente.