A primera vista, nadie diría que esta no es una campaña electoral al uso. Unos presentan oficialmente su cartel, otros tiran de tradición y los pegan en las calles. Tampoco faltan los 'selfies', el posado oficial con la familia política o la música en directo.

Aplausos, grandes pantallas y confeti, mucho confeti. Hasta aquí, todo aparentemente normal. Son todos los que están, sí, pero, no están todos los que son. "Hoy no estamos todos", el exconseller de Exteriores Raül Romeva.

Con la campaña en marcha, hay candidatos que ni siquiera están en Cataluña. Tampoco en España. El expresident Puigdemont y principal cabeza de lista de 'Junts Per Cataluña' hace campaña desde Bruselas, a través de pantalla, junto a otros exconsellers huidos.

"Estamos de vuestro lado y esperamos recuperar, ahora sí, la normalidad. ¡Adelante!", declara Carles Puigdemont desde una pantalla.

Un candidato en el extranjero y otro, que pasa en Estremera los días y las noches. Oriol Junqueras sigue en prisión y las sillas vacías en los actos de su partido son el símbolo de su ausencia.

"De Oriol Junqueras hablaremos cada día. Y si no les gusta, que se aguanten", asegura Marta Rovira, secretaria general de ERC. Actos de esta campaña que ya no solo se celebran en Cataluña, sino que traspasan fronteras.

Miles de personas se manifestaron en el centro de Bruselas para hacer un llamamiento a arrasar en las urnas el 21D. "De lo más esperpéntico", señaló el líder del PP catalán, Xavier García Albiol.

Para otros, sin embargo, la campaña no es tan diferente a lo habitual. Hay quienes tienen definida su estrategia. "Insistir en la desobediencia con la confrontación del Estado", señala Carles Riera, candidato de la CUP. O identificado al adversario: "El adversario es el procés", declara Inés Arrimadas, candidata de Cs.

Y otros que harán lo posible para derrotarlo: "¡A por ellos!", insiste Albiol. Hay, también, quien se ve ya como ganador, como el candidato del PSC, Miquel Iceta: "Aquí huele a presidencia".

Y quien se siente como la llave ante posibles acuerdos "de tantas puertas cerradas", como dice Xavier Domènech, líder de CatECM.

Una campaña en cierto modo atípica pero con un destino común a todos los partidos: las urnas del 21 de diciembre.