Según publica 'El diario.es', los fiscales del caso Lezo solicitaron que los "pinchazos" se prorrogasen hasta el 19 de abril, día de la detención de González, sin embargo, Moix se negó ya que consideraba que se estaban "alargando demasiado".

Según el digital, en el tiempo en el que los teléfonos estaban pinchados, las llamadas se limitaron a cuestiones familiares, pero justo en el día en el que Moix quería terminar con ese control volvieron a tener actividad relevante para la operación.